Si la atacamos todos, nos obstaculizamos y ninguno de nosotros se la lleva. Así que, vamos a por las amigas y nos ignoran, porque a nadie le gusta ser el segundo plato. Pero y ¿si nadie va a por la rubia? No nos obstaculizamos y no ofendemos a las otras chicas. Victoria asegurada. Y todos echaríamos un casquete.