Tengo mis propias cerillas y azufre, y voy a hacer mi propio infierno.
Rudyard Kipling
Cuando uno transita por un súbito desamor siente que el mundo se termina.
Alejandro Dolina
Que sólo Dios es la primera causa de todo.
Baruch Spinoza
La más humilde choza puede estar segura de sufrir todos los errores de la corte, del gabinete o del cuartel general.
Charles Caleb Colton
Siempre he llevado la música en la sangre.
Chayanne
Dios se sirve regularmente del infortunio como de un estribo para levantarnos.
François-René de Chateaubriand
El mal economista sólo ve lo que se advierte de un modo inmediato, mientras que el buen economista percibe también más allá. El primero tan sólo contempla las consecuencias directas del plan a aplicar; el segundo no desatiende las indirectas y más lejanas.
Henry Hazlitt
Quien pregunta algo que sabe, proyecta hacer algo que no debe.
Isaac Núñez de Arenas
El primer paso hacia el bien es no hacer el mal.
Jean-Jacques Rousseau
Cien caricias no borran una bofetada.
José Narosky
Siente cada día la obligación de ser santo. - ¡Santo!, que no es hacer cosas raras: es luchar en la vida interior y en el cumplimiento heroico, acabado, del deber.
Josemaría Escrivá de Balaguer
La vida se vive a sí misma, nos guste o no.
Julio Cortázar
Entonces toda esta gente me estaba siguiendo. Se volvio un poquito loco y me asustaba, pero a la misma vez pensaba Ay Dios, esto es genial! Barbaro!
Miley Cyrus
Probablemente no haya habido ningún otro periodo en la historia, en este o en cualquier otro país, en el que el hombre de a pie haya experimentado una mejora tan grande de su nivel de vida como en el periodo transcurrido entre la guerra civil y la Primera Guerra Mundial, cuando más fuerte era el individualismo desenfrenado.
Milton Friedman
... Los antecedentes que recibimos de la televisión y de los periódicos -que a veces son muy buenos- no profundizan tanto, porque siguen viéndolo desde la actitud de que lo inmediato es lo importante.
Nadine Gordimer
¿Sabes de qué me sonreía? Habías escrito que eras escritor de profesión. Me pareció el eufemismo más gracioso que jamás haya oído. ¿Desde cuándo el escribir es tu profesión? Nunca fue otra cosa que tu religión.
Salinger