Frase de Rudyard Kipling

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Seis honrados servidores me enseñaron cuanto sé; sus nombres son cómo, cuándo, dónde, qué, quién y por qué.... - Rudyard Kipling

Seis honrados servidores me enseñaron cuanto sé; sus nombres son cómo, cuándo, dónde, qué, quién y por qué.

Rudyard Kipling

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Explorar Frases

Ni por perder una parte se ha de aventurar el todo.

Alonso de Barros

El no esperar remedio, ni desesperar de él, suele ser el remedio de los casos desesperados.

Diego de Saavedra Fajardo

Cuando se van a tomar decisiones que afectan a más de una generación, que de alguna manera pueden hipotecar el destino de tus hijos o el de los hijos de tus hijos, eso tiene que ser Plebiscitado. No puede ser decidido por un gobierno y chao.

Eduardo Galeano

La mujer es como los autos, a la vejez es cuando más se pintan.

Enrique Jardiel Poncela

No existen cosas con independencia del espíritu que las percibe.

George Berkeley

Cambia su territorio de caza durante unos años, y todo el mundo se olvida de cómo funciona la Ley. Bueno, permítanme que les recuerde. Un cachorro de hombre se convierte en un hombre, y ¡el hombre está prohibido!

Idris Elba

No se trata de llorar realmente, sino de que el público piense que estás llorando.

Ingrid Bergman

La pasión tiende a llegar tan lejos como pueda; pero, me creas o no, no era eso lo que yo me proponía... Conseguir ese fin.

James Joyce

Murió, pero aún respira...

Jorge Arrate

Estas viudas, señor, son las más perversas criaturas del mundo.

Joseph Addison

Le había pedido que lo hiciera otra vez y otra. Que me lo hiciera. Lo había hecho. Lo había hecho en la untuosidad de la sangre. Y, en efecto, había sido hasta morir. Y ha sido para morirse.

Marguerite Duras

El trabajo consiste en lo que un organismo está obligado a hacer; el juego consiste en lo que un organismo no está obligado a hacer.

Mark Twain

El hombre orgulloso rara vez es una persona agradecida porque nunca cree que ha recibido tanto como merece.

Max Lucado

Al Papa habría que corregirle cosas como showman.

Paco León

Todo en amor es triste, más, triste y todo, es lo mejor que existe.

Ramón de Campoamor