El dinero no compra la elegancia, compra su simulación.
Rubem Fonseca
Todo lo que puede sustituirse con facilidad puede ser abandonado más fácilmente.
Alejandro Dumas
Como la del sol, tu luz es para todos; ama incluso lo que parece odioso.
Alejandro Jodorowsky
Siempre que la gente te dice que tendrás que afrontar algo algún día y te empuja con toda naturalidad hacia el dolor, la obscenidad o la revelación indeseada que te acecha, en sus voces hay una nota de traición, un frío y mal disimulado júbilo, algo ávido de tu dolor. Sí, en los padres también; en los padres sobre todo.
Alice Munro
Todo amor, como experiencia, es absolutamente original.
Hermann Keyserling
No podemos elegir cómo vamos a morir o cuándo vamos a hacerlo. Sólo podemos decidir cómo vamos a vivir.
Joan Baez
Lo que se les dé a los niños, los niños darán a la sociedad.
Karl Menninger
La proximidad al poder hace pensar a algunos que pueden ejercerlo.
Kevin Spacey
El poder está al alcance de todo el que sea lo bastante osado como para buscarlo.
Laura Gallego García
La gente siempre estará dispuesta a pensar lo peor de tí.
Michael Jackson
No digas de antemano lo que vas a hacer; porque si fallas, se burlarán de ti.
Pítaco de Mitilene
Quien tiene tejado de vidrio, no tire piedras al de su vecino.
Proverbio
Esquivando una abeja de la flor, incliné mi cabeza y, cogiéndola luego por el tallo, escuché y oí, clara, la palabra... ¿Pronunciaste mi nombre? ¿O bien dijiste...? Sí, alguien dijo: ¡Ven!, mientras yo me inclinaba. Si acaso lo pensaba, no lo dije en voz alta... Por eso regresé.
Robert Frost
Si me dicen que escoja entre la Liga y el Pichichi, yo quiero la Liga y el Pichichi, eso es lo único que firmo. Aunque lo principal es la Liga.
Samuel Eto'o
Operari sequitur esse. (El obrar sigue al ser)
Tomás de Aquino
Los exploradores, que preparaban el camino del mejor modo posible, y una parte de la vanguardia fueron devorados antes de poder advertirlo. La confusión era extrema; los lobos, los tigres y demás carniceros, invitados por sus compañeros, acudían de todas partes. Se escuchaban crujidos de huesos y, en el aire, un espantoso aleteo; los buitres comenzaban a añadirse al festín.
William Beckford