He tenido un momento muy emocionante, me casé por amor.
Rose Kennedy
Al delito espuela es antes el ejemplo que el deseo.
Andrés Bello
Las obras destinadas a perdurar. Vienen de lejos para iluminar el presente, o caminan desde el presente para fructificar en el pasado.
Antonio Saura
Las naturalezas inferiores repugnan el merecido castigo; las medianas se resignan a él; las superiores lo invocan.
Arturo Graf
Nadie se ha atrevido a venderlibros en este rincón olvidado del mundo.
Bill Nighy
Existe una convención poco tácita entre el autor y el lector, por la cual el primero se denomina enfermo, y acepta al segundo como enfermero. ¡El poeta es quien consuela a la humanidad! Los papeles están arbitrariamente invertidos.
Conde de Lautréamont
La idea de un choque de civilizaciones es errónea y peligrosa.
Dalai Lama
Llevo la conciencia de la inmortalidad en medio de la mortalidad.
Deepak Chopra
No hay criatura que tan generosamente se lance al sacrificio como la mujer: Ser delicado, que, sin embargo, se inflama rápidamente por todo aquello que le parece más noble. La mujer se separa del hombre la última, incluso después que la esperanza.
Francesco Domenico Guerrazzi
Hay, en todo, algo inexplorado, porque estamos habituados a no servirnos de nuestros ojos, sino con el recuerdo de lo que se ha pensado antes que nosotros sobre aquello que contemplamos.
Guy de Maupassant
Lo único que veo es a alguien que intenta compensar una vida personal de mierda intentando trepar en la sociedad.
Lily Collins
La pereza... jamás llegó al término que pide un buen deseo.
Miguel de Cervantes
No hay otro modo de oír música que prestándole atención. Pero prestársela a ella requiere descentrarla de nosotros.
Santiago Kovadloff
Era una pasión por la mirada, y en su mirada estaban los ojos antes del tiempo; dice su padre que el tiempo es melancolía, y cuando se para lo llamamos eternidad.
Sor Juana Inés de la Cruz
¿quién es el que sabe lo que es bueno para el hombre en esta vida?.
Thomas Hardy
Los hombres no pueden ser siempre justos, aunque así lo pretendan. Cuando oímos que alguien cometió un delito, el más justo de los hombres cristianos pronuncia interiormente esta humillante verdad: Todos somos capaces de lo mismo.
Vincenzo Gioberti