Heme aquí suspirando como el que ama y se acuerda y está lejos.
Rosario Castellanos
¿De qué tienes que desprenderte para avanzar? ¿Por qué comes de más? ¿Qué vacío tratas de llenar?
Ana Moreno
El saber no es suficiente, debemos aplicarlo. El querer no es suficiente, debemos hacer.
Bruce Lee
Nunca debemos obsesionarnos excesivamente con la idea que perseguimos.
Claude Bernard
Aunque sea demasiado obvio como para escapar a la observación de que las distintintas ideas están conectadas entre sí, no he encontrado un solo filósofo que haya intentado enumerar o clasificar todos los principios de asociación, tema, sin embargo, que parece digno de despertar la curiosidad.
David Hume
El pensamiento sin poesía y la vida sin eternidad son como un paisaje sin cielo: nos ahogamos en ellos.
Henri-Frédéric Amiel
Todos tenemos demonios en los rincones oscuros del alma, pero si los sacamos a la luz, los demonios se achican, se debilitan, se callan y al fin nos dejan en paz.
Isabel Allende
El amor es un maldito fastidio, especialmente cuando también está unido a la lujuria.
James Joyce
El verso, por donde quiera que se quiebre, ha de dar luz y perfume.
José Martí
Prefiero ver con los ojos cerrados.
Joseph Albers
El que deja de ser mejor a cada paso simplemente deja de ser bueno.
Oliver Cromwell
Siempre he creído que la bondad de las mujeres es todavía más efímera que su hermosura.
Ramón María del Valle-Inclán
Cada cosa que uno alcanza elimina un motivo para querer alcanzar algo más. ¿Quiero ser un gran escritor? ¿Quiero ganar el Premio Nobel? No si es demasiado trabajo. Qué diablos, les dan el Premio Nobel a demasiados mediocres para que me interese. Además, tendría que ir a Suecia y ponerme un frac y pronunciar un discurso. ¿El Premio Nobel vale todo eso? Diablos, no.
Raymond Chandler
Sabida es de sobra la inhumana crueldad con que los blancos han tratado siempre y dondequiera a las razas de color.
Sabino Arana
Los buenos son más sospechosos a los tiranos que los malos; la virtud ajena siempre les resulta temible.
Salustio
Nuestra historia empieza en una colonia aristocrática de cualquier urbe populosa y moderna: México, Nueva York, París... En todas ellas existen familias ricas que gozan de comodidades y lujos. Sin importarles o ignorando que el mismo cielo ampara también a muchos desheredados de la vida y la fortuna.
Yolanda Vargas Dulché