Heme aquí, ya al final, y todavía no sé qué cara le daré a la muerte.
Rosario Castellanos
Con cuidado iré para no pisar las flores de tu libertad.
Alejandro Sanz
Este mundo es un mundo de dos dioses. Es un mundo de construcción y destrucción simultáneas.
Alfred Doblin
Ahora no pido más, ¡ahora lo exijo!
Aparicio Saravia
El enemigo es el miedo, la armadura es el amor.
David Carradine
Sólo debes hacer lo que amas.
Facundo Cabral
No entendía por qué algunas personas parecían encontrar alivio en teorías tan destructivas, y no solo eso, además sentían la necesidad de compartir sus nefastos augurios con los demás, como si estuvieran llamados a convencer al mundo entero de que no había esperanza.
Fernando Trujillo Sanz
Los más dotados, que podrían convertirse en un núcleo de descontentos, sencillamente son identificados por la Policía del Pensamiento y eliminados.
George Orwell
Eran momentos felices, nadie fotografía las penas.
Isabel Allende
Nos encontramos frente a la necesidad de confirmar la realidad y dilatar la experiencia.
Joan Fontcuberta i Villà
Sexo: lo que ocupa la menor cantidad de tiempo y causa la mayor cantidad de problemas.
John Barrymore
Nunca creas que alcanzaste el cielo porque el ruido de la caída será tremendo, subí los escalones de a uno y siempre mirá a quién tenés atrás... por las dudas.
Julián Sancerni Giménez
Ella quería emular todas sus acciones: criar bien a sus hijos, conseguir cambiar las cosas en la política de su país, amar y ser amada. Y, sobre todo, al morir, quería que sus hijos pudieran decir, como decía ella de su padre, que su vida había significado algo y que el mundo era un lugar mejor gracias a ella.
Ken Follett
Nosotros no somos mitos del pasado, ni del presente, sino que somos pueblos activos. Mientras que haya un indio vivo en cualquier rincón de América y del mundo, hay un brillo de esperanza y un pensamiento original.
Rigoberta Menchú
Aprenderas a gobernar, después de aprender a ser gobernado.
Solón
La imaginación, reino de encantamiento - la cual es la más benéfica de los dones concedidos al hombre para consolarlo por la realidad- debo dejarte ahora.
Xavier de Maistre