Es más fuerte, si es vieja la verde encina; más bello el sol parece cuando declina; y esto se infiere porque ama uno la vida cuando se muere.
Rosalía de Castro
Sí quiero saber, si tú también recuerdas algo de aquel café, que espero a veces sin entender, por qué
Amaia Montero
La verdad no es una ramera que se arroje al cuello de quien no la desea; al contrario, es una beldad tan desdeñosa, que aunque le sacrifiquemos todo nunca podremos estar seguros de sus favores.
Arthur Schopenhauer
A los hombres se les puede dividir en dos categorías: los que hablan para decir algo, y los que dicen algo por hablar.
Charles-Joseph de Ligne
Hay que tener mucha personalidad y un entorno en donde uno se pueda sentir arropado para no dejarse llevar por la corriente de la moda.
Enrique Rojas
Cuando las calamidades caen sobre un Estado, se olvidan los dioses y nadie se preocupa de honrarlos.
Eurípides
Pocos cobardes conocen la magnitud de su miedo.
François de La Rochefoucauld
Lo que importa más nunca debe de estar a merced de lo que importa menos.
Goethe
El valor no consiste en la bilis, ni en la sangre; consiste en la dignidad.
Ignacio Manuel Altamirano
Libro que no vale mucho no vale nada.
John Ruskin
Parte del motivo por el que el capitalismo parece tener éxito es que siempre ha contado con mucha mano de obra esclava, la mitad de la población. Lo que las mujeres hacen - fuera del mundo laboral - no cuenta para nada.
Noam Chomsky
Callar la verdad conociéndola es triste, han hecho creer a la masa que la alternativa no existe.
Pablo Hasél
El hombre es la medida de todas las cosas.
Protágoras
Los padres serán responsables por la conducta de sus hijos, y las familias de sus huéspedes.
Robert Owen
No fue hasta el Premio Nobel cuando realmente me tuvieron en cuenta. No podían entender mis libros, pero pudieron entender los 30.000 dólares.
William Faulkner
Con frecuencia pedimos al cielo recursos que residen en nosotros mismos. El destino celeste nos deja libres en nuestras acciones y no retarda nuestros designios, sino cuando somos lentos en ejecutarlos.
William Shakespeare