Frase de Rosalía de Castro

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Los que ayer fueron bosques y selvas de agreste espesura, donde envueltas en dulce misterio al rayar el día flotaban las brumas, y... - Rosalía de Castro

Los que ayer fueron bosques y selvas de agreste espesura, donde envueltas en dulce misterio al rayar el día flotaban las brumas, y brotaba la fuente serena entre flores y musgos oculta, hoy son áridas lomas que ostentan deformes y negras sus hondas cisuras.

Rosalía de Castro

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Lo más ofensivo que pueda lanzarte a la cara tu peor enemigo no se compara con lo que tus amigos más íntimos hablan de ti a tus espaldas.

Alfred de Musset

Es probable que no estemos obligados a amar la música de Beethoven ni a odiar la Coca-Cola, pero cabe la posibilidad, al menos, de que estemos obligados a desconfiar del Estado.

Anthony Burgess

Lo más grande del Rock&Roll es que alguien como yo pueda ser una estrella.

Elton John

Lo que perturba a los hombres no son precisamente las cosas, sino la opinión que de ellas se forman.

Epicteto

Si alguien te hace sombra, significa que tú estás más cerca de la luz.

Frances Ondiviela

Si no pretendiéramos saber todo con tanta exactitud puede que conociéramos mejor las cosas.

Goethe

Cuando odiamos a un hombre, odiamos en su imagen algo que se encuentra en nosotros mismos.

Hermann Hesse

El conocimiento de los hombres no va más allá de su experiencia.

John Locke

El hambre posee una virtud: al menos te hace saber que sigues vivo.

Margaret Atwood

Aún en el sueño más profundo, saber que eres tú. Y más aún: oír el sonido de tu corazón. Y besarlo.

Marina Tsvetáyeva

La causa de la libre empresa, de la competencia, es la única que puede mantener a los capitalistas alejados de tener un poder excesivo. Hay un viejo dicho que reza: si quieres cazar a un ladrón, llama a otro para que lo atrape. La virtud del capitalismo de libre empresa es aquél que coloca a un empresario frente a otro, y ese es el método más efectivo de control.

Milton Friedman

Cuantos más datos tengamos, más posibilidades tenemos de ahogarnos en ellos.

Nassim Taleb

Tenemos que vivir, y no sólo existir.

Plutarco

Las diminutas cadenas de los hábitos son generalmente demasiado pequeñas para sentirlas, hasta que llegan a ser demasiado fuertes para romperlas.

Samuel Johnson

El día que una mujer pueda no amar con su debilidad sino con su fuerza, no escapar de sí misma sino encontrarse, no humillarse sino afirmarse, ese día el amor será para ella, como para el hombre, fuente de vida y no un peligro mortal.

Simone de Beauvoir