Quien no se mueve, no siente las cadenas.
Rosa Luxemburgo
Ven -me dice- mi casa está muy cerca. Vamos del brazo, ven. Cosa de instantes. Pero yo sé desde antes que su palacio es un cajón con tuercas.
Armando Uribe Arce
En la naturaleza nada hay superfluo.
Averroes
¿Habéis organizado ya vuestra colectividad? No esperéis más. ¡Ocupad las tierras! Organizaos de manera que no haya jefes ni parásitos entre vosotros. Si no realizáis eso, es inútil que continuemos hacia adelante. Tenemos que crear un mundo nuevo, diferente al que estamos destruyendo.
Buenaventura Durruti
El ejemplo del pueblo, la juventud y los guerrilleros cubanos ejerce un papel determinante en el inicio de la maduración del proceso político en Nicaragua.
Carlos Fonseca
Sólo tengo interés por algo, mientras este algo permanece oculto para mí, o es necesario para un fin mío, que no se halla cumplido todavía.
Georg Wilhelm Friedrich Hegel
Un sinfín de filosofías podrá repetir los tópicos del Cristianismo.
Gilbert Keith Chesterton
La señal del genio, su única gloria, la obligación hereditaria de los espíritus geniales estriba en inventar formas nuevas fuera de lo convencional y acostumbrado.
Hippolyte Taine
Le faltaba irregularidad, le faltaba el caos de la vida permanente en la que una habitación, o incluso sólo una mesa, se adapta a las sinuosidades y fluctuaciones de una personalidad particular.
Isaac Asimov
La arquitectura es el punto de partida del que quiera llevar a la humanidad hacia un porvenir mejor.
Le Corbusier
Ven, ven a mí, mejores cosas se dan sin pensar; ven, tócame, hoy solo quiero jugar y no pensar.
Miguel Mateos
Los grandes hombres mueren dos veces: una vez como hombres, y otra como grandes.
Paul Valéry
Esto de bautizar las cosas sin modificar la realidad conforma el primer paso para engañar al pueblo en todas las revoluciones.
Ricardo García Damborenea
Desde la infancia da señales el ingenio.
Séneca
Día de primavera, gorriones en el jardín bañándose en arena.
Ueshima Onitsura
La vida, la vida que ríe y llora todos los días, es una cosa más importante que el propio dolor.
Víctor Ruiz Iriarte