He dicho muchas veces que la política es la segunda profesión más baja y me he dado cuenta de que guarda una estrecha similitud con la primera.
Ronald Reagan
Llega ya el momento del nuevo gas. Llega el gas neurológico.
Benjamín Solari Parravicini
Si para mí la tierra, si para mí el espacio, ¡Todos son los que abarca el horizonte puro de tus brazos!
Delmira Agustini
En los rostros de aquellos que conocimos de jóvenes reconocemos lo viejos que nos hemos vuelto.
Heinrich Böll
Las palabras no son tan importantes cuando se entienden las intenciones.
Isabel Allende
Bienaventurados los que están en el fondo del pozo porque de ahí en adelante sólo cabe ir mejorando.
Joan Manuel Serrat
La inflación es injusta, la deflación inconveniente.
John Maynard Keynes
Con semejante atuendo, el sujeto pasaba inadvertido, tanto como una tarántula sobre un pastel de crema.
Raymond Chandler
Hay niños jugando en la calle que podrían resolver algunos de mis problemas clave en física, debido a que ellos tienen formas de percepción sensitiva que perdí hace mucho tiempo.
Robert Oppenheimer
¿Qué es lo que nos hace humanos? No es algo que se pueda programar. No se puede introducir en un chip. Es la fortaleza del corazón humano la diferencia entre nosotros y las máquinas.
Sam Worthington
Si el lenguaje y el estilo de Balzac permanecieron durante toda su vida irremediablemente impuros, se debió sólo a que en la época decisiva, en la época del desarrollo, fue desaliñado consigo mismo.
Stefan Zweig
El inconveniente de la práctica es que crea rutinas. El problema es que se hace de la rutina de la práctica la propia práctica.
Valérie Tasso
Nuestra vida es una incertidumbre. Un ciego que revolotea en el vacío en busca de un mundo mejor cuya existencia sólo suponemos.
Virginia Woolf
Durante las largas y tristes horas de su prisión, había empleado el tiempo en redactar un extenso diario, en donde contaba todo lo que sabía de su lamentable historia...
Vizconde de Ponson du Terrail
Lo se, pero son vecinos, podrían hacernos la vida un infierno.
Zac Efron
¿Pero qué es un hombre verdadero? Los hombres verdaderos de la antigüedad. No pasaban por encima del débil, no lograban sus fines por la fuerza bruta y no se rodeaban de consejeros. En esta forma, fracasando no tenían causas para lamentarse; de tener éxito, no tenían motivos de satisfacción propia. Y podían, por lo tanto, alcanzar las más grandes alturas sin temblar. Entrar en el agua sin mojarse, y pasar por el fuego sin sentir el calor.
Zhuangzi