Frase de Ronald David Laing

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La sociedad valora mucho su hombre normal. Se educa a los niños para que se pierdan a sí mismos y así llegar a ser absurdos, es d... - Ronald David Laing

La sociedad valora mucho su hombre normal. Se educa a los niños para que se pierdan a sí mismos y así llegar a ser absurdos, es decir, hombres normales.

Ronald David Laing

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Explorar Frases

Era víctima de una enfermedad que en aquella época se llamaba falta de dinero.

François Rabelais

¿Qué hago yo con las montañas de papeles que he firmado jurando morir o amar?

Ismael Serrano

La desgracia raramente viene sola.

John Dryden

Para volar, hay que crear el espacio de aire librenecesario para que las alas se desplieguen.

Jorge Bucay

Cuanto más conozco a los hombres, más admiro a los perros.

Madame de Sévigné

La normalidad no estaba en los días que quedaron atrás: tan sólo se encontraba en aquello que la suerte nos ponía delante cada mañana.

María Dueñas

El ateísmo ha sido un principio destructor de toda organización social que niega al hombre la posibilidad del consuelo y toda esperanza.

Napoleón Bonaparte

Volver con la frente marchita. Las nieves del tiempo platearon mi sien. Sentir que es un soplo la vida, que veinte años no es nada, que febril la mirada, errante en las sombras te busca y te nombra. Vivir con el alma aferrada a un dulce recuerdo que lloro otra vez.

Penélope Cruz

Para conseguir lo que quieres es necesario sentirte bien ahora, en medio de la aparente no realidad, no después cuando ya lo tengas en tu realidad.

Raimon Samsó

Tengo un domingo en stand by por si algún lunes te deprime.

Ricardo Arjona

La magia de Steve Jobs no consistía en tener la razón. Consistía en estar seguro.

Seth Godin

El amor es el poder iniciador de la vida; la pasión posibilita su permanencia.

Teresa Berganza

Todos los hombres por naturaleza desean saber.

Tomás de Aquino

Puede estar empezando a emplear la escritura como un arte, no como un instrumento de autoexpresión.

Virginia Woolf

La voz del violín cubre las cuatro voces humanas: soprano, contralto, alto y bajo, en las cuatro cuerdas.

Yehudi Menuhin