En Río de Janeiro tienen muchos reyes, pero Dios, sólo uno.
Romário
Que las mujeres sean idénticas a los hombres, sería un cambio simple de roles. El feminismo es elección.
Carolyn Heilbrun
No tiene definición. Sólo podemos saber lo que no es Dios. La mayor parte de las cosas que se dicen de Él están equivocadas.
Enrique Miret Magdalena
La ciencia es el estupefaciente al uso... hasta el día en que su mismo progreso permita poner en circulación un estupefaciente más poderoso.
Eugenio Trías
No hay nada que pueda crecer y perecer tan profundamente como el hombre.
Friedrich Hölderlin
El sueño es independencia.
Gérard-Henry Bauer
Sin lo amargo... lo dulce no es tan dulce.
Jason Lee
Pero ¿Quién puede distinguir entre enamorarse e imaginar que se enamora? Incluso enamorarse de veras es un acto de la imaginación.
John Irving
No es un amante lo que la mujer quiere en el esposo, sino una persona que la trate bien, y con ello hay bastante.
Marqués de Sade
El líder exitoso debe entender y aplicar el principio del esfuerzo cooperativo y ser capaz de inducir a sus seguidores a hacer lo mismo. El liderazgo exige poder y el poder exige cooperación.
Napoleon Hill
Cuando un niño comienza a sonreír, con una pequeña bifurcación de amargor y dulzura, las orillas de su sonrisa desembocan sin burlas en la anarquía del océano. Se siente mejor que nadie: juega a la gloria con los ángulos de la boca y ya cose la sutura irisada al conocimiento infinito de la realidad.
Ósip Mandelshtam
A mí siempre me han dado miedo los que tienen más respuestas que preguntas.
Rosa Montero
La más grande infelicidad es ser presa del temor cuando ya nada queda que esperar.
Séneca
Me quito el rostro y lo doblo encima del pantalón.
Silvio Rodríguez
Mi decisión de volver a Apple es que nuestra industria estaba en coma. Me recordó a Detroit en los años 70, cuando los coches americanos eran los barcos de ruedas.
Steve Jobs
Amar a una sola es muy poco; amar a todas es ser superficial; pero conocernos a nosotros mismos y amar a cuantas no sea posible, saber ocultar en nuestra propia alma las potencias del amor, de modo que ésta se alimente de ellas, que nuestra conciencia abrace el todo, ¡eso sí es el placer, eso sí es la vida!
Søren Kierkegaard