No es equivocado el decir que la mujer es la mitad del hombre; pues un hombre casado es un hombre a medias.
Romain Rolland
El primer deber del Gobierno y la mayor obligación es la seguridad pública.
Arnold Schwarzenegger
Los niños nacen ateos; ellos no tienen idea de dios.
Barón de Holbach
El hombre, sublime por sus aspiraciones y despreciable por sus instintos, es tal, que ni confiar ni desconfiar de él se debe nunca absolutamente.
Concepción Arenal
Tan gentil y tan honesta luce mi dama cuando a alguien saluda, que toda lengua temblando quédase muda, y no se atreven los ojos a mirarla.
Dante Alighieri
Pero, compréndelo, si se pierde un hijo, siempre es posible tener otro; en cambio, sólo existe un halcón maltés.
Dashiell Hammett
¡Seamos sufridos! Las aflicciones no son cosa puramente terrena; a menudo las bendiciones del cielo toman este negro disfraz.
Henry Wadsworth Longfellow
Los periódicos de hoy llenarán las papeleras de mañana.
Hugh Grant
Las dos máximas de todo hombre importante en la corte son: guardar siempre la compostura y no guardar nunca su palabra.
Jonathan Swift
Yo lloro, sabes, lloro a veces por tu amor. Y beso pedacito a pedazo cada parte de tu cara y nunca acabo de quererte.
Juan Rulfo
Para los historiadores, los príncipes y los generales son genios; para los soldados siempre son unos cobardes.
León Tolstói
Realiza cada una de tus acciones como si fuera la última de tu vida.
Marco Aurelio
¡Gran Dios!, así es como han mancillado durante más de doscientos años tus altares; así es como seres razonables han creído deber honrarte; rociando tu templo con la sangre de tus criaturas, mancillándolo con horrores e infamias, con ferocidades dignas de los caníbales es como varias generaciones de hombres sobre la Tierra han creído cumplir tus deseos y agradar a tu justicia.
Marqués de Sade
La mujer ha de ser dueña, y parecerlo, que es más.
Miguel de Cervantes
No quieras saber de mi vida no me hagas hablar... que si bebo es para olvidar.
Nacho Vegas
Todas las cosas nos son ajenas: sólo el tiempo es nuestro.
Séneca