Soy indefectiblemente yo mismo y es en esto en lo que radica mi estar loco: estoy loco puesto que consisto.
Roland Barthes
Entre mis rivales y yo hay una pelea por la pole, porque eso es importante. Pero con Gilles Villeneuve puedes ver una batalla por todo, hasta por el décimo lugar.
Alain Prost
Los fenómenos espiritistas están basados en la acción de inteligencias que, teniendo voluntad propia, nos prueban a cada instante que no se hallan a merced de nuestros caprichos.
Allan Kardec
Hacer más humana la arquitectura significa hacer mejor arquitectura y conseguir un funcionalismo mucho más amplio que el puramente técnico.
Alvar Aalto
Lo importante se halla en la mirada, no en la cosa mirada.
André Gide
Mano besa orne, que la querría ver corta -cortada-.
Arcipreste de Hita
Su pérdida es imposible de cuantificar. Todos los que alguna vez lo conocimos, en cualquier circunstancia, sentimos que hemos perdido algo muy especial.
Frank Williams
Escribir es un ocio laborioso.
Goethe
No soy una gafaspastas, pero por principios tengo que defender el cine iraní. En la intimidad de mi hogar disfruto con el cine de Michael Bay, y la jungla de cristal, realmente mi mierda no la veo ni yo.
Isabel Coixet
Todo mundo necesita un sitio donde regresar.
Joaquín Berges
En el peor de los casos, me decía, es un hombre como cualquier otro, y los hombres tienen demonios. Todo el mundo tiene demonios. La cuestión es simplemente saber hasta qué punto esos demonios son tolerables.
Joël Dicker
De alguna manera misteriosa el bosque nunca me ha parecido una cosa estática. En términos físicos, me muevo a través de él, sin embargo, en términos metafísicos, parece que él se mueve a través de mí.
John Fowles
Lo único que le impide a Dios mandar un segundo diluvio, es que el primero fue inútil.
Nicolas Chamfort
No hay nada más poético ni más grandioso que el amor de dos personas que nunca han hablado de amor.
Severo Catalina
Nada mejor para que no encontremos una aguja que echarle un pajar encima.
Valérie Tasso
Si los hados quieren hacerme rey, lo harán sin que yo busque la corona.
William Shakespeare