Esta es la historia que escribo en caliente y de un tirón, para que no me ganen de mano, pero que después se me va arrugando día a día en un bolsillo porque la paseo por todo Buenos Aires y nadie me la quiere publicar, y casi ni enterarse.
Hay más de 100 motivos por los cuales no debería matarte, pero ahora mismo, no se me ocurre ninguno.