Cuando las personas que amamos nos son arrebatadas la mejor manera de mantenerlas con vida es no dejar de amarlas. Los edificios se incendian, la gente muere pero el amor verdadero es para siempre.
Rochelle Davis
Feliz y juzgado o bien absuelto y miserable.
Albert Camus
El dejar de querer mal es un inicio para querer bien.
Alonso de Ercilla
El nacionalismo es siempre una tontería, y el nacionalismo étnico, una tontería asesina.
Bernard-Henri Lévy
La inteligencia con la que naces es simplemente munición. Para llegar a hacer algo con ella es necesario que transformes tu mente en una arma de precisión.
Carlos Ruiz Zafón
El más grande fruto de la autosuficiencia es la libertad.
Epicuro
Hemos tenido mucha suerte durante muchos años y ahora la pagamos toda de un solo golpe.
Giancarlo Minardi
No debes amar a todos, sin selección ninguna. Haz como el jardinero que cuida del injerto: poda todos los brotes sobrantes, para que los tallos más nobles crezcan prósperamente.
Ivan Yakovych Franko
Porque es tocando fondo, aunque sea en la amargura y la degradación, donde uno llega a saber quién es, y donde entonces empieza a pisar firme.
José Luis Sampedro
Apártate del camino gorrión sin casta. Pasa el caballo.
Kobayashi Issa
Admiro a Frida Kahlo porque vestía de hombre, tenía bigote y, aún así, era capaz de ser glamorosa.
Madonna
Si Atenas te parece grande considera entonces que sus glorias fueron alcanzadas por hombres valientes, y por hombres que aprendieron sus deberes.
Pericles
Sin el amor que encanta, la soledad de un ermitaño espanta. Pero es más espantosa todavía la soledad de dos en compañía.
Ramón de Campoamor
No existe un fracaso total.
Richard Branson
Las civilizaciones son las últimas tribus humanas, y el choque de civilizaciones es un conflicto tribal a escala planetaria. Las relaciones que están surgiendo entre civilizaciones variarán normalmente de lo distante a lo violento, sitúandose la mayoría de las veces entre ambos extremos.
Samuel Huntington
Dejaré que muera en mí el deseo de amar tus ojos dulces, porque nada te podré dar sino la pena de verme eternamente exhausto.
Vinicius de Moraes