Vi una estrella caer. Pedí un deseo. Y la estrella cayó en tu casa.
Roberto Fontanarrosa
Soy un inventor de muy distinto mérito que todos los que me han precedido; incluso un músico, que ha encontrado algo así como la clave del amor.
Arthur Rimbaud
Siempre están hablando de mí, eso es bueno. Señal que me alarga la vida.
Camarón de la Isla
Son siempre más sinceras las cosas que decimos cuando el ánimo se siente airado que cuando está tranquilo.
Cicerón
La izquierda española no parece haber comprendido que la obligación de proteger el derecho a la libre expresión no tiene que ir siempre unida a defender las opiniones que se vierten.
Félix Ovejero
El que cree en Mí aunque hubiera muerto vivirá: esta promesa deben conocerla todos, y somos los cristianos quienes debemos difundirla.
Francisco Fernández-Carvajal
Lo que más nos aproxima a una persona es esa despedida, cuando acabamos separándonos, porque el sentimiento y el juicio no quieren ya marchar juntos; y aporreamos con violencia el muro que la naturaleza ha alzado entre ella y nosotros.
Friedrich Nietzsche
Muchos críticos de hoy han pasado de la premisa de que una obra maestra puede ser impopular, a la premisa de que si no es impopular no puede ser una obra maestra.
Gilbert Keith Chesterton
Quien controla los medios de comunicación, controla las mentes.
Jim Morrison
Adquiere en tu juventud lo que disminuirá el daño de tu vejez. Y si tú eres de los que cree que la vejez tiene por alimento la sabiduría, arréglatelas en tu juventud de tal modo que a tu vejez no le falte tal sustento.
Leonardo da Vinci
Sabes que eres brillante, pero querrás comprender lo que has hecho dentro de dos semanas.
Linus Torvalds
El poeta llena el santuario interior de nuestro espíritu con pensamientos nuevos, maravillosos y placenteros.
Novalis
El amor cambia las leyes de la naturaleza.
Paulo Coelho
De uno mismo depende ser dueño de sí mismo.
Robert Baden-Powell
Lo supremo en el arte de la guerra consiste en someter al enemigo sin darle batalla.
Sun Tzu
Hasta el día de hoy, no he sido capaz de romper la conexión entre este chico, Peeta Mellark, el pan que me dio esperanza y el diente de león que me recordó que no estaba condenada.
Suzanne Collins