El que vive según las prescripciones del médico, vive miserablemente.
Robert Burton
Jamás la falta de fe o el descreimiento han dicho una mentira o apretado el gatillo de un arma.
Agustín García Calvo
Los ciudadanos saben perfectamente que no se les llama a votar para consultar sus razones, sino para hacerles entrar en razón.
Carlos Fernández Liria
El amor puede ser una maldición terrible. Puede hacer que uno pase por alto incluso los mayores defectos del comportamiento de una persona.
Christopher Paolini
¿Por qué Intereconomía emite sus programas en color si están en los años 40?
El Gran Wyoming
Se remitirá a su instinto para expresarse.
Friedrich Nietzsche
La relación que el filósofo mantiene con la realidad de la existencia es la que el hombre sensible al arte mantiene con la realidad del sueño; la contempla con minuciosidad y con gusto: pues de esas imágenes saca él su interpretación de la vida, mediante esos sucesos se ejercita para la vida.
¿Hasta cuándo no entenderemos que solo sin reglamentos, sin trabas, sin privilegios particulares pueden prosperar la industria, la agricultura y todo lo que es comercial, abandonando todo el cuidado de su fomento al interés de los propietarios?
José Joaquín de Olmedo
No permitiré a nadie adentrarse en mi mente con sus pies sucios.
Mahatma Gandhi
John Coffey, como el café, pero se escribe diferente.
Michael Clarke Duncan
La adversidad es nuestra madre; la prosperidad sólo es nuestra madrastra.
Montesquieu
En la guerra como en el amor, para acabar es necesario verse de cerca.
Napoleón Bonaparte
Toda la vida me has repetido que yo sólo valía lo que un hombre pagara por mí. Pero Christian me ama. Me ama, Harold. ¡Él me ama!
Nicole Kidman
Ayunar no es un fin en sí mismo. El ayuno es temporario y, realizado en forma absoluta, debilita la mente. La verdadera ayuda es el ayuno mental. Deberá hacerse un desarrollo espiritual.
Ramana Maharshi
La transposición así cumplida del libido de objeto en libido narcisista conlleva manifiestamente, una resignación de las metas sexuales, una desexualización y, por lo tanto, una suerte de sublimación.
Sigmund Freud
La gran pregunta que nunca ha sido contestada y a la cual todavía no he podido responder, a pesar de mis treinta años de investigación del alma femenina, es: ¿qué quiere una mujer?