Si un cuerpo encuentra a otro cuerpo cuando viene entre el centeno...
Robert Burns
Somos pestañeos de lo infinito.
Alejandro Lanús
Se puede distinguir siempre entre la suerte y la habilidad por su duración.
Anónimo
Es pasión de necios la prisa.
Baltasar Gracián
Lo desconocido y misterioso busca sus prosélitos en el reino de la desesperación, habitado por las almas que en ninguna parte hallan consuelo.
Benito Pérez Galdós
La gente juzga por las apariencias.
Blanca Miosi
La libertad de expresión lleva consigo cierta libertad para escuchar.
Bob Marley
No os avergoncéis de preguntar para resolver vuestras dudas, y meditad las respuestas que os hayan sido dadas.
Confucio
A partir de ahora todas las cosas de la vida están ordenadas de tal modo que el sacerdote resulta indispensable en todas partes, en todos los acontecimientos naturales de la vida, en el nacimiento, el matrimonio, la enfermedad, la muerte, para no hablar del sacrificio (la cena), aparece el parásito sagrado para desnaturalizarlos: dicho en su lenguaje, para santificarlos...
Friedrich Nietzsche
Para juzgar sobradamente debemos conocer cómo aprecian las cosas los ignorantes.
George Eliot
Para vencer el pudor, sólo cuesta el primer obstáculo.
Jacques-Bénigne Bossuet
Criticar es tan fácil como tener criterio.
Juan Lobillo
Como gran deportista está acostumbrado a competir, a ganar y a perder. Su figura es tan importante aquí como fuera de nuestro país y todo eso hace que yo me sienta muy orgulloso de él.
Manuel Santana
Yo nunca tuve ese algo que ustedes llaman infancia.
Michael Jackson
Le enseñé que si actuaba como si algo fuera posible, acabaría siéndolo. Le dije que, si fingía tener el control absoluto de una situación, la gente creería que lo tenía.
Steve Jobs
Las siete. A las siete me comunicaron que estaba en el hospital. Corrí allí, pero el hospital ya estaba acordonado por la milicia; no dejaban pasar a nadie. Sólo entraban las ambulancias. Los milicianos gritaban: los coches están contaminados, no os acerquéis. No sólo yo, todas las mujeres vinieron, todas cuyos maridos estuvieron aquella noche en la central.
Svetlana Alexijevich