Cuando la lucha comienza por uno mismo, el hombre que lo inicia vale no poco.
Robert Browning
Estoy firmemente convencido de que la mayoría de los pueblos del mundo prefieren vivir en paz y en seguridad. El deseo de paz de la humanidad sólo puede convertirse en realidad mediante la creación de un gobierno mundial.
Albert Einstein
Nunca antes hubo, ni volverá a existir, un genio igual.
Alexander Alekhine
¡Oh muerte, viejo capitán, es ya la hora; levemos el ancla!
Alfred de Musset
El oportunismo político ya se da en la Constitución de Cádiz. Es desolador ver cómo el español repite los errores, cómo se carga lo que se le ponga delante.
Arturo Pérez-Reverte
Significo lo que significo.
Damon Albarn
Uno nunca lo piensa -yo sólo compongo y lo que me nace me sale y ahí está-. Ahí es donde la gente decide a qué le suena. El proceso es muy natural y muy orgánico.
Gaby Moreno
No tengo objeciones contra la religión de nadie, sea cual sea, mientras esa persona no mate ni insulte a ninguna otra persona porque ésta no cree también lo mismo.
Herman Melville
Dos veces vimos ya la misma arena. Nunca somos los mismos. Es tiempo, amada gente, de largarnos.
Hugo Gutierrez Vega
Mi esperanza es dejar el mundo un poco mejor que cuando llegué aquí.
Jim Henson
Existen dos razas en este mundo: los inteligentes y los tontos.
John Fowles
-Qué raro -decía- somos dos y somos el mismo. Pero nada es raro en los sueños.
Jorge Luis Borges
Cuando un hombre que no se enamora fácilmente ama, ama más.
Kyle MacLachlan
Era un niño melancólico, triste, no me gustaba nada ir al colegio, era al mismo tiempo muy callado.
Miguel Delibes
El poder. El hombre es un yo puedo, un conjunto de capacidades sensomotrices o intelectuales. El mundo deja de serme ajeno, e incluso hostil, cuando lo domino. Sin embargo, nuestra libertad choca con otras libertades y creemos que nuestra elección se limita a someter a estar sometidos. La servidumbre de algunos de nuestros semejantes nos afianzaría en nuestro poder.
Pierre Sansot
Las buenas formas están hechas de sacrificios insignificantes.
Ralph Waldo Emerson