Si hay algo que merece una recompensa, es la contribución social. La creatividad puede ser una contribución social, pero sólo en la medida en que la sociedad sea libre de aprovechar los resultados.
Richard Stallman
Soy afortunada porque he tenido profesores que vieron algo en mi.
Anne Bancroft
No puede ser hermoso lo que es grave.
Antón Chéjov
En estos momentos estamos en el desierto del Sahara. Nos estamos posicionando para entrar en la corriente del Golfo.
Brian Jones
Qué suerte que viniste, ahora entiendo tantas cosas que antes no veía. Quisiera que me digas porqué jamás nos encontramos en una caricia, si nuestras risas se escuchaban juntas, tus pasos firmes y los míos, que te seguían, porqué en vez de amarte te temía...
Celeste Carballo
Que Dios me ayude, Anastasia; si no comes, te tumbaré encima de mis rodillas aquí en este restaurante, y no tendrá nada que ver con mi gratificaciónsexual. ¡Come!
E. L. James
El hombre solo entiende lo que está relacionado con algo que ya existe dentro de él.
Henri-Frédéric Amiel
Yo me parecía bastante a las personas de la generación de mis padres, que no sólo sentían aversión por el gusto y el olor del ajo, sino que desconfiaban de quienes lo consumían.
Ian McEwan
... Otros los repetiran ¿Y qué quedará de todos mis decires? - acaso sean como la abeja fosilizada en el ámbar, de ella podemos tener la imagen pero nunca sabremos de su vuelo.
Jacques Lacan
Flipar está de moda hoy, lo que se ve, pero K no se mete de ese LSD gente.
Kase.O
Yo no uso drogas, mis sueños ya son lo suficientemente horribles.
M. C. Escher
¡Me dais la muerte y queréis que yo viva! ¡Destruís mi esperanza y, al mismo tiempo, la reanimáis! No, no moriré...
Marqués de Sade
A los largos sentimientos, largas consecuencias.
Proverbio Chino
Hay que tener el valor de admitir que, desde hace cien años, el arte ha consistido casi exclusivamente en una serie de lamentos. La consideración de un artista ha dependido de la intensidad de sus quejas, a las que luego se calificaba de denuncias, cuando lo cierto es que no son más que lamentaciones.
Roberto Rossellini
¿Cómo sabré cuál es mi destino?
Terry Pratchett
No fue hasta el Premio Nobel cuando realmente me tuvieron en cuenta. No podían entender mis libros, pero pudieron entender los 30.000 dólares.
William Faulkner