La prensa es el enemigo.
Richard Nixon
La gente a menudo se hace actriz porque no les gusta algo de sí mismas: fingen que son alguien más.
Bette Davis
También yo mataría, incluso a ti: me haces soñar sin tregua, no me dejas dormir.
Clara Janés
Cada época tiene una moneda que compra almas. En algunas la moneda es el orgullo, en otras, es la esperanza o una causa santa. Por supuesto, hay épocas que es más difícil comprar almas y lo notable es que esos momentos están marcados por la civilidad, la tolerancia y el buen funcionamiento de la vida cotidiana.
Eric Hoffer
Nuestras propias cualidades nos hacen menos ridículos que aquellas que afectamos.
François de La Rochefoucauld
La ciencia es sin disputa el mejor, el más brillante adorno del hombre.
Gaspar Melchor de Jovellanos
A usted no la creímos, creímos a sus 200 dólares. Nos pagó más que si hubiese dicho la verdad y lo bastante más como para que no importara.
Humphrey Bogart
Si actúas con moderación y decoro, la vida se vuelve aburrida. Si te sueltas, se vuelve sórdida y patética.
Irvine Welsh
Estoy conforme en que las sociedades decreten la abolición de la pena de muerte, pero que empiecen por abolir a los asesinos.
Jean-Baptiste Alphonse Karr
Nunca se supo, a lo largo de toda su vida, que violara una sola regla de su orden; no es posible encontrar la menor mancha en su conducta, y se asegura que es un observador tan estricto de su castidad que no sabe en qué consiste la diferencia entre hombre y mujer. Por consiguiente, el vulgo lo considera un santo. ¿Eso lo hace santo a uno? inquirió Antonia. ¡Dios me ampare!
Matthew Gregory Lewis
La grandeza de un hombre no se mide por sus logros, sino por su capacidad de lucha.
Mercedes Pinto Maldonado
Raúl consigue lo que muy pocos se animan a hacer: entrar a un estadio con cien mil personas y jugar como si estuviera en el barrio...
Raúl González Blanco
El miedo en la gente, hábilmente gestionado, puede darte el poder absoluto. La gente con miedo se deja conducir dócilmente. Miedo en estado puro es lo que necesitamos.
Santiago Posteguillo
La mujer no admite medio: o ama mucho, o aborrece mucho.
Séneca
Y ven el cielo y les vuelve a dar sueño y vuelven a bajar dormidos, y vuelven a tocar el fondo del mar y se despiertan y vuelen a subir. Así son nuestros sueños, como delfines.
Silvina Ocampo
En la cárcel uno tenía la sensación de que tocaba fondo, vivía en la realidad.
Victoria Ocampo