Estoy aquí porque me entretengo, no solo por el dinero.
Richard Branson
La ciudad surgió por causa de las necesidades de la vida, pero existe ahora para vivir bien.
Aristóteles
Yo soy jacobino y creo que los estados deben ser fuertes y que la educación debe ser férrea y medieval. Digo que los estados deben ser fuertes, no autoritarios ni totalitarios. Entre los jacobinos no hay nacionalismos posibles, sino un país solidario y a marcar el paso; y el que no quiera ser libre, lo va a ser a garrotazos.
Arturo Pérez-Reverte
El lujo es la manifestación de la riqueza incivilizada que quiere impresionar a los que se han quedado pobres.
Bruno Munari
Dios, ¿Cómo has soportado tu creación?
Elias Canetti
Amo tus mil imágenes en vuelo como un bando de pájaros salvajes.
Eliseo Diego
Bajo mi punto de vista, él es el mejor piloto de Fórmula 1 del momento, y estamos felices de esperar y desear que él tome una decisión positiva para nosotros.
Fernando Alonso
La energía tiene tal vitalidad, que sobrevive a todos los desastres y provee a todos los esfuerzos.
Hippolyte Taine
El primer principio para escribir es pensar bien. Borra a menudo si quieres escribir cosas que sean dignas de ser leídas.
Horacio
Quien confíe en sí mismo será el rey del enjambre.
Un idealista es alguien que no encontrará dificultad alguna a la hora de dibujar una circunferencia cuyo radio sea infinito.
Jesús G. Maestro
Cuando estés equivocado en algo, admitilo crecerá la opinión que yo tengo de vos y de paso me enseñás a admitir también mis equivocaciones.
Jorge Bucay
Desamor desencuentro, perdón y olvido cuerpo con mineral, pueblos trabajadores infancias pobres, cinco siglos igual.
León Gieco
El consenso de la intelectualidad no es necesariamente correcto, al margen de cuántos le den crédito, o durante cuántos años perdure la creencia. Puede ser errónea. De hecho, puede ser muy errónea. Y nunca debemos olvidarlo. Porque volverá a ocurrir. Y en realidad así ha sido.
Michael Crichton
No es contrario a la física, simplemente es improbable.
Richard Feynman
Fue, como si la ciudad, en su convulsión y su desgracia, hubiera generado espontánea y necesariamente ese minúsculo universo del alma, unas pocas ventanas intactas cegadas con pintura negra. Nadie quería ver la ciudad destrozada.
William Gibson