A las personas para conocerlas hay que verlas enojadas, borrachas o jugando por dinero.
René Lavand
Una persona rica es un ladrón o un hijo de ladrón.
Anónimo
El misántropo es la más de las veces un malvado que, no sabiendo hacerse amar de ninguno, toma el partido de aborrecer a todo el mundo.
Barón de Holbach
Mi pulso es enérgico y necesito un instrumento de fuerte temple. Hago rebajar una cuchara de albañil y me presta excelente servicio. Esta espátula da en un mismo golpe, según la presión, gamas colorística que no se obtienen con el pincel. Permite pocos retoques, yo trabajo muy rápido, empiezo muy temprano y sigo trabajando hasta terminar la obra.
Benito Quinquela Martín
¿Qué dejo yo para que sienta morir, sino cuidados, penas y miseria? He hecho el papel de Rey, y se acabó para mí esta comedia.
Carlos III de España
El éxito es un ratito. Uno nunca consigue nada.
Elena Poniatowska
La felicidad consiste en ser libre, es decir, en no desear nada.
Epicteto
Alonso es un piloto perfecto, que nos trae otros a la mente, y que enciende la fantasía de otros campeones del pasado reciente, es un nuevo Maestro.
Fernando Alonso
La arquitectura es vida, o por lo menos es la vida misma tomando forma y por lo tanto es el documento más sincero de la vida tal como fue vivida siempre.
Frank Lloyd Wright
Vale más perderse que salvarse solo. Querer tener razón, sin querer al mismo tiempo compartirla con otros, es un crimen contra toda su especie.
Henri-Frédéric Amiel
Y naides se muestre altivo aunque en el estribo esté que suele quedarse a pie el gaucho más alvertido.
José Hernández
No se puede separar el poder del discurso para producir una realidad social, de una parte, del poder del discurso para describir una realidad existente, de la otra. Ambas cosas suceden al mismo tiempo.
Judith Butler
La liberalidad es la primera hija del amor y la piedra imán más atractiva para los hierros de la voluntad.
Lope de Vega
Mantengo una relación muy intensa con dos hombres a la vez, uno se llama chocolate y el otro pistacho.
Renee Zellweger
Nadie puede imaginar para quien gobierna cosa más decorosa que la clemencia.
Séneca
Una demostración de envidia es un insulto a uno mismo.
Yevgeny Yevtushenko