Alguien dijo que cuanto más suave es la caricia, más penetra. Yo digo que cuanto más lento el movimiento, más profundamente llega.
René Lavand
La mujer se parece a la sombra propia: si la sigues, huye; si la huyes, sigue.
Alfred de Musset
El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales.
Bertolt Brecht
No todos los ojos cerrados están durmiendo, ni todos los ojos abiertos están viendo.
Bill Cosby
Eludir el sufrimiento era lo más cercano a la felicidad que yo esperaba conocer.
Charlotte Brontë
"Detrás de todo gran hombre, hay una mujer." Frecuente homenaje, dudoso elogio: reduce a la mujer a la condición de respaldo de silla.
Eduardo Galeano
La fuerza del espíritu embebe en sí y arrebata las fuerzas del alma.
Fray Luis de Granada
El gran libro de la naturaleza está escrito con símbolos matemáticos.
Galileo Galilei
La propiedad es un robo. Nadie posee nada. Cuando te mueres, todo se queda aquí.
George Carlin
Siempre se debe preferir el bien general al particular. Nuestro beneficio particular no debe tomarse en cuenta cuando se trata del bien común.
Juan Bosco
Es como que no rompas mi corazón, porque sino ire y escribiré una canción sobre tí.
Katy Perry
A menudo pienso que si nos deslizáramos por los ojos del actor, encontraríamos un desván olvidado con juguetes y una copia del Domesday Book.
Laurence Olivier
El mejor premio es el aplauso de la gente.
Mercedes Sosa
Prefiero un vicio tolerante a una virtud obstinada.
Molière
Tal vez seamos incapaces de hallar la verdad, pero sabemos que existe una verdad.
Ricardo García Damborenea
Hombrecito, ¿Qué quieres hacer con tu cabeza? ¿Atar al mundo, al loco, loco y furioso mundo? ¿Castrar al potro Dios? Pero Dios rompe el freno y continúa engendrando magníficas criaturas, seres salvajes cuyos alaridos rompen esta campana de cristal.
Rosario Castellanos