La única cosa que tenemos que temer es que el cielo caiga sobre nuestras cabezas.
René Goscinny
El conocimiento humano se basa en dos palabras: Confiar y esperar.
Alejandro Dumas
Tocar algo o a alguien significaba en cierta manera convertirse en ello o él.
Alejandro Jodorowsky
El cielo gobierna los acontecimientos del mundo sin ser visto; esta acción oculta del cielo es lo que se llama el destino.
Confucio
La amistad es el puerto de la vida.
Demófilo
Cuando me dicen que mis coches consumen demasiado o que son demasiados peligrosos por su potencia, me dan ganas de reír. La vida misma es un cotidiano consumo de energía y riesgo.
Enzo Ferrari
Es más fácil tejer una corona, que encontrar una cabeza digna de ella.
Goethe
Sientes la luz herirte y aprisionas su sonido tenaz. Si una palabra hubiera, si una sola palabra, que bastase. Como a estas aguas quietas, para existir, sus olas.
Jenaro Talens
Si no hay muerte, no puede haber nacimiento. El significado es que una generación debe morir para que pueda venir la siguiente. No bien concibes o das nacimiento a un niño, tú eres el muerto. El niño es la nueva vida, y tú eres simplemente el protector de esa nueva vida.
Joseph Campbell
Tu pie, decoro del marfil más puro.
Julio Herrera y Reissig
Vendrá un tiempo en que no sabremos que nombre dar a lo que nos una. Su nombre se irá borrando poco a poco de nuestra memoria y luego desaparecerá por completo.
Marguerite Duras
En las guerra no gana nadie, pierden todos. Y si la guerra es civil, la pérdida es más fuerte que la de cualquiera otra guerra.
Miguel Delibes
De muchos riesgos nos excusaríamos si tuviésemos siempre testigos.
Séneca
Lo más inexplicable era y sigue siendo cómo pueden salir de su tumba y regresar a ella. La doble vida de los vampiros se mantiene gracias al sueño cotidiano en la tumba. Su monstruosa avidez de sangre de seres vivos les proporciona la energía necesaria para subsistir durante las horas de vigilia.
Sheridan Le Fanu
El hombre, nacido de mujer, tiene que morir de mujer.
Thomas Hood
El pesar y la pobreza purifican el corazón del hombre, aunque nuestras mentes débiles no ven nada de valor en el universo, salvo la comodidad y la felicidad.
Yibrán Jalil Yibrán