Pensaré que el cielo, el aire, la tierra, los colores, las figuras, los sonidos y las demás cosas exteriores, no son sino ilusiones y ensueños, de los que él se sirve para atrapar mi credulidad.
René Descartes
La ignorancia genera confianza más frecuentemente que el conocimiento, son aquellos que poco saben, y no aquellos saben que más, quienes tan positivamente afirman que este o aquel problema nunca será resuelto por la ciencia.
Charles Darwin
Los hombres creen que todos los hombres son mortales, menos ellos.
Edward Young
El mundo se parece a las mujeres; nada se obtiene de él con mansedumbre y con apocamiento.
Giacomo Leopardi
Señoras mías, tenedlo bien advertido y recordadlo siempre: vuestro mayor enemigo es la misma piedad vuestra, la cual os hace cometer la mayor parte de vuestros despropósitos.
Giuseppe Baretti
Te juré no escribirte. Por eso estoy llamándote en el aire para decirte nada, como dice el vacío: nada, nada, sino lo mismo y siempre lo mismo de lo mismo que nunca me oyes, eso que no me entiendes nunca, aunque las venas te arden de eso que estoy diciendo.
Gonzalo Rojas
Deberes. Algo que los demás tienen para con uno, pero que uno no tiene para con los demás.
Gustave Flaubert
El dinero - el dinero, como todo lo demás - es un engaño y una desilusión.
H. G. Wells
No existe el desnudo artístico, sino mujeres que se desnudan.
Ira Levin
Probablemente se ha hecho más daño a la Tierra en el siglo XX que en toda la historia anterior de la humanidad.
Jacques-Yves Cousteau
Los dioses han desatado el infierno en la Tierra.
John Hurt
El dolor físico lastima. El espiritual, desgarra.
José Narosky
Es una de las cosas que tiene la vida. Todos buscamos un lugar seguro.
Julian Barnes
Con la boca reseca y la resaca empezando a nacer.
Pablo Hasél
La jugada está ahí, pero necesitas verla.
Savielly Tartakower
La filosofía es la conducta que cada quien asume ante determinadas circunstancias, y como el género humano está sometido a vivir en condiciones semejantes, quienes se adelantan se constituyen en docentes. Así aparecen las escuelas. Pero cada quien es maestro de sí mismo.
Virgilio Olano