Más hermosa que todas las mujeres posibles (y esto basta para definirla).
Reinaldo Arenas
Los axiomas son los enemigos de las máximas.
Alfred de Musset
La indignación es, en primer lugar, de índolemoral. Esto significa que no se trata de brindar ayuda a alguien, sino de imponer una pretensión de la cual el indignado se considera y se siente ejecutor.
Bert Hellinger
Tampoco podemos pasar por alto la probabilidad de que la inculcación constante de una creencia en Dios en la mente de los niños produzca un efecto tan fuerte, y quizás heredado, en sus cerebros no totalmente desarrollados, que les resulte tan difícil librarse de su creencia en Dios, como a un mono de su miedo y aversión instintivos a una serpiente.
Charles Darwin
¿Uno que no sepa gobernarse a sí mismo, cómo sabrá gobernar a los demás?.
Confucio
¡Ah! todo va revuelto y confundido; que guarda Dios para el orgullo humano sólo una eternidad: la del olvido.
Gaspar Núñez de Arce
El tiempo es el único crítico, sin ambición.
John Steinbeck
La soledad es un infierno para los que intentan salir de ella; es también una felicidad para los ermitaños que se esconden.
Kōbō Abe
Un ruso está seguro de sí mismo porque no conoce nada y no quiere conocer nada, porque no cree que se pueda conocer nada por completo.
León Tolstói
Lo que me interesa es la conquista del miedo, su ocultamiento y la huída de él, enfrentarse con el miedo, exorcizarlo, avergonzarse de él, por último, tener miedo de tener miedo.
Louise Bourgeois
El ojo lo ve todo, pero no puede verse.
Macedonio Fernández
Buscar la verdad es la más noble ocupación del hombre, su publicación es un deber.
Madame de Staël
Nos hablan de paz enseñándonos un arma, nos dan libertad pero nos dicen cuándo usarla, harto de tanta charla, de palabras vacías, harto de esta democracia rancia sin eficacia.
Nach
Había vivido lo suficiente como para saber que nada permanece igual mucho tiempo.
Peter James
El mundo ha cambiado. Existen muchas más opciones donde elegir, pero cada vez hay menos tiempo para poder descartar.
Seth Godin
Cuando la noche de humo, de polvo y de ceniza envuelve la ciudad, los hombres quedan suspensos un instante, porque ha nacido en ellos, con la noche, el deseo.
Xavier Villaurrutia