La conversación es una ilusión. Sólo hay monólogos que se entrecruzan.
Rebecca West
No crea una Constitución los derechos y deberes sociales: no hace más que formularlos.
Antonio Aparisi y Guijarro
La corrupción de una cosa corresponde necesariamente a la genereción de otra.
Aristóteles
Exigir la inmortalidad del individuo es querer perpetuar un error hasta el infinito.
Arthur Schopenhauer
Adueñándose de nuestra atención, la tecnología entorpece nuestras relaciones.
Daniel Goleman
Hay una inconstancia que proviene de la ligereza del espíritu o de su debilidad, que le hace acoger todas las opiniones ajenas, y hay otra, más excusable, que proviene del hastío de las cosas.
François de La Rochefoucauld
Cualquier persona que tiene una sonrisa perpetua en el rostro, oculta una rudeza que asusta.
Greta Garbo
Sembrad varias semillas de la misma especie vegetal en terrenos y climas distintos; dejadlas que germinen, crezcan, fructifiquen y se reproduzcan indefinidamente, cada cual en un distinto suelo: cada una se adaptará a su terreno propio, y tendréis así diversas variedades de la misma especie, tanto más diversas cuanto más diferentes sean entre sí las condiciones de cada clima.
Hippolyte Taine
La gloria es un veneno que hay que tomar en pequeñas dosis.
Honoré de Balzac
El derecho a la libertad de expresión y de pensamiento es, después del derecho a la vida, el más importante que tiene toda persona.
Ismael Leandry Vega
Inglés es uno que cena en una habitación llena de otros ermitaños.
James Fenimore Cooper
La búsqueda se convierte en otra huida de lo que realmente somos.
Jiddu Krishnamurti
No digas a tus amigos sus fallos sociales; corregirán el fallo y nunca te perdonarán.
Logan Pearsall Smith
No hay ninguna razón por la cual la historia y la filosofía de la ciencia no deban ser enseñadas de tal manera que hagan ver a los alumnos la grandeza de la ciencia y el alcance de sus descubrimientos.
Louis de Broglie
Debería ser más importante crear una fantasía que mostrar un mundo fantástico.
Michael Ende
Para el alma desolada y huérfana no hay estación risueña ni propicia.
Rosalía de Castro