Raúl es mi bestia negra.
Raúl González Blanco
Acumula tesoros en el cielo el que da a Cristo. Y da a Cristo el que da al pobre.
Antonio de Padua
Un hombre vulgar puede acabarse lo mismo que un gran hombre.
Arthur Miller
El orgullo que se alimenta con la vanidad acaba en el desprecio.
Benjamin Franklin
¡Tú no te acabas nunca, tú no te apagas nunca! Aquí tenéis la lumbre, la que lo coge todo para quemar el cielo subiéndole la tierra.
Carmen Conde
¡Llegué a confundirme con ella, tanto! Por sus recodos espirituales, yo me iba jugando entre tiernos fresales, entre sus griegas manos matinales.
César Vallejo
A aquel principio por el que toda variación, por ligera que sea, se perpetúa si es de algún provecho, lo designo con el nombre de Selección Natural.
Charles Darwin
Ningún hombre es más orgulloso que aquel que se cree inmune a los peligros del mundo.
Dan Brown
Por el mundo caminado, he podido comprobar que el que fácilmente halaga, fácilmente insultará.
Facundo Cabral
La libertad de los lobos es la muerte para los corderos.
Isaiah Berlin
Si en algún sitio podemos hallar a Dios, eso será evidentemente en las más intimas profundidades de nuestro corazón, ahí donde existe algo infinito.
Jean Reynaud
Y tú, querida, por tu parte, qué cintura, qué aliento y qué elasticidad de gacela... Al despertar fue, en tus brazos, pero más aguda y más perfecta, ¡Exactamente la misma fiesta!
Paul Verlaine
Cuando un hombre encuentra a su pareja, comienza la sociedad.
Ralph Waldo Emerson
Sé que llevas tanto tiempo fingiendo que las cosas van bien que ya no recuerdas cómo eran antes.
Santiago Pajares
Procuramos olvidar lo que, traído a la memoria, nos entristece.
Séneca
La filosofía no es más que pan duro; por más sano que sea, los hombres no se alimentan con él. Necesitan el manjar suculento y la copa excitante de la religión.
Walter Savage Landor