Ayer, mientras dormÃas, me quedé mirando la coreografÃa de movimientos aleatorios de tus ojos.
Raul Ferruz
El mundo es lo que tú piensas que es; pero el que piensa no eres tú.
Alejandro Jodorowsky
Sólo una caricia me hubiera ayudado a olvidar, que no eran mis labios los que ahora te hacen soñar.
Amaia Montero
Niego que una cosa tan inútil como el sufrimiento pueda dar derechos a lo que sea, al que sea, sobre lo que sea.
Boris Vian
La dignidad de la ciencia misma parece exigir que todos los medios sean exploradas para la solución de un problema se de en forma elegante y célebre.
Carl Friedrich Gauss
Ahora sà entiendo qué difÃcil es ser campeón.
Esteban Tuero
La vida del hombre es interesante principalmente si ha fracasado. Eso indica que trató de superarse.
Georges Clemenceau
¡Ahora vamos a tocar una de Arjona!
Gustavo Cerati
A veces me gustarÃa hacer de malo y, a veces me gustarÃa morir en una pelÃcula.
Jackie Chan
Pensar: Proceso de supervivencia, condicionante. Para sobrevivir, nos vemos forzados a pensar.
Jiddu Krishnamurti
Con esos labios de rosa, con ese talle de liana ¿Adónde vas tan hermosa que pareces una diosa?
Manuel González Prada
La vida es todo eso a la vez: lucha e intriga, sabidurÃa y belleza. Y si ignoras alguno de esos aspectos, pierdes la oportunidad de comprenderla de forma global, y tu capacidad de influir en ella con algo que la oriente hacia un camino mejor.
Naguib Mahfuz
No creo que haya alguna emoción más intensa para un inventor que ver alguna de sus creaciones funcionando. Esa emoción hace que uno se olvide de comer, de dormir, de todo.
Nikola Tesla
Temblor de cristales: escalofrÃo de la casa.
Ramón Gómez de la Serna
Las metáforas son nuestra manera de perdernos en las apariencias o de quedarnos inmóviles en el mar de las apariencias. En este sentido una metáfora es como un salvavidas. Y no hay que olvidar que hay salvavidas que flotan y salvavidas que caen a plomo hacia el fondo. Eso conviene no olvidarlo jamás.
Roberto Bolaño
Antes, por cinco marcos, el mismo Freud te trataba. Por diez, te trataba y te planchaba los pantalones. Por quince marcos, Freud permitÃa que tú le tratarás a él y eso incluÃa una invitación a comer.
Woody Allen