Si usted está en un lugar donde no le dicen cuando hace algo incorrecto, es un mal lugar para estar. Sus críticos le dicen: te estoy prestando atención, porque me interesas.
Randy Pausch
Es grave confundir la anestesia con la esperanza; también lo es tomar el noble rábano de la paciencia por las ruines hojas lacias, ajadas, trémulas- de la renunciación.
Camilo José Cela
A su entrada reinó un gran silencio, cesaron todos de bailar y pararon los violines, tanta fue la impresión producida por la extraordinaria belleza de la desconocida y tan grande el deseo de contemplarla. Sólo se oía el confuso murmullo producido por esta exclamación que salía de todos los labios. - ¡Qué hermosa es!
Charles Perrault
La patria del escritor es su lengua.
Francisco Ayala
El destino de una raza no es el destino de otra.
Harlan Ellison
Al traductor, como al testigo llamado a juicio, deberá obligársele a extender la mano y jurar: decir la verdad y nada más que la verdad.
Henry Wadsworth Longfellow
Los seres más sensibles no son siempre los seres más sensatos.
Honoré de Balzac
Cada vez, con todo lo fiel que se quiera ser, se está traicionando la singularidad del otro al que se interpela.
Jacques Derrida
Me conceda propicio estos tres dones.
Juan Bautista Arriaza
Desde que te conozco.
Ñengo Flow
Todas las civilizaciones, como la gente que hay en los cementerios, son mortales. Y nosotros sabemos, como el hecho de que vamos a morir, que las civilizaciones que han llegado a su término no volverán nunca más.
Orhan Pamuk
Voy a dibujar, a cien años luz, la mueca que pintas cuando llego, voy a sobornar, clavarme una cruz, con tal de inspirarte un hasta luego, voy a caminar en el fuego, para que me quieras como quiero.
Ricardo Arjona
Ningún lazo une tan fuertemente dos corazones como la compañía en el dolor.
Robert Southey
Por la armonía los estados pequeños se hacen grandes, mientras que la discordia destruye los más poderosos imperios.
Salustio
Es un privilegio del hombre sentir culpa, y una responsabilidad el superarla.
Viktor Frankl
Está firme a mi lado, constancia; pon un fuerte maro entre mi corazón y mi lengua. Yo tengo el ánimo de un hombre, pero la voluntad de una mujer.
William Shakespeare