Y es que en el mundo traidor nada es verdad ni mentira: Todo es según el color del cristal con que se mira.
Ramón de Campoamor
En su propaganda, los dictadores de hoy confían principalmente en la repetición, la supresión y la racionalización: la repetición de las consignas que desean que sean aceptadas como verdades, la supresión de hechos que desean que sean ignorados y el fomento y la racionalización de las pasiones que puedan ser utilizadas en interés del Partido o del Estado.
Aldous Huxley
Nuestro crimen es ser hombres y querer conocer.
Alphonse de Lamartine
La vida es un negocio cuyos ingresos no alcanzan, ni de lejos, a cubrir los gastos.
Arthur Schopenhauer
Rascar al hombre civilizado y aparecerá el salvaje.
El hombre superior obra antes de hablar y habla de acuerdo con sus actos.
Confucio
Llama la atención sobre los errores de los demás de forma indirecta.
Dale Carnegie
En absoluto hay que sentir más vergüenza ante los hombres que ante uno mismo ni hacer algún mal si nadie va a saberlo con más motivo que si van a saberlo todos los hombres, sino que uno debe sentir vergüenza especialmente ante uno mismo e inculcar este principio en el alma como para no hacer nada incoveniente.
Demócrito
El insomnio es una lucidez vertiginosa que convertiría el paraiso en un lugar de tortura.
Emil Cioran
Quienes hablan contra la familia no saben lo que hacen, porque no saben lo que deshacen.
Gilbert Keith Chesterton
Estoy solo y no hay nadie en el espejo.
Jorge Luis Borges
Yo, no he visto un soñador más pertinaz, que aquel anciano proscrito, que parecía no darse cuenta de que andaba por sobre las cenizas de los muertos.
José María Vargas Vila
No necesitamos continentes nuevos, sino personas nuevas.
Julio Verne
El silencio da consentimiento.
Oliver Goldsmith
La carga de este mundo es demasiado grande para que la soporte un solo hombre y el dolor del mundo es demasiado para que lo sufra un solo corazón.
Oscar Wilde
Pérfido, te atreves a mostrarte ante mis ojos. Después de haberme quitado lo que más amaba. No esperes nada de mí, tú no me has servido: Creyendo vengarme, me has quitada la vida.
Pierre Corneille