La literatura es un esfuerzo del hombre para indemnizarse de las injusticias de la suerte.
Ralph Waldo Emerson
Quiero que algo de mí perdure después de la muerte.
Ana Frank
La satisfacción laboral emerge como el indicador más fiable de que el individuo está en bajo riesgo de sufrir un ataque cardíaco; en cambio, sentirse insatisfecho con el trabajo torna ese riesgo sumamente alto.
Deepak Chopra
Este país está condenado al éxito.
Eduardo Duhalde
Quienquiera que padece por la verdad y la justicia, ese es mi amigo.
Eugenio María de Hostos
El pasado no se ha ido, vive en ti, anima tu camino y atenaza las decisiones.
Fernando Alonso Barahona
La moderación es un temor a caer en la envidia y en el desdén que merecen los que se embriagan con su dicha; es una vana ostentación de la fuerza de nuestro ánimo; y finalmente, la moderación de los hombres que se ven muy encumbrados es un deseo de parecer más grandes aún que su buena fortuna.
François de La Rochefoucauld
Los hombres superiores no se hacen por la fuerza de sus sentimientos, sino por la duración de los mismos.
Friedrich Nietzsche
Lo que se llama el espíritu de los tiempos, no es el fondo sino el espíritu propio de aquellos hombres en los cuales los tiempos se reflejan.
Goethe
Qué le puede importar a la providencia el dinero; basta observar a quién se lo da.
Ismael Díaz Lázaro
La igualdad de la riqueza debe consistir en que ningún ciudadano sea tan opulento que pueda comprar a otro, ni ninguno tan pobre que se vea necesitado de venderse.
Jean-Jacques Rousseau
Ramón Mendoza Fontela: el mandamal del pelo blanco.
José María García
Cuando se muere alguien que nos sueña, se muere una parte de nosotros.
Miguel de Unamuno
Las revoluciones ni se hacen con programas, ni a plazo fijo, ni con límites preconcebidos.
Ricardo Mella
La mar es la inexorable noche social en que la penalidad arroja a sus condenados. La mar es la inmensa miseria. El alma, naufragando en este abismo, puede convertirse en un cadáver. ¿Quién lo resucitará?
Victor Hugo
¡Qué enfermedad más terrible la que es capaz de matar a Dios en un hombre!
Yann Martel