Todos los hombres virtuosos profesan la misma religión.
Ralph Waldo Emerson
Todo acto forzoso se vuelve desagradable.
Aristóteles
El afecto es el gran poder que persuade, que atenúa los resentimientos y perdona; es el que atempera los golpes de la adversidad y el que elimina los efectos perniciosos de todas las discordias.
Carlos Bernardo González Pecotche
El que no sabe adónde va no llega a ninguna parte.
Carlos Ruiz Zafón
No vamos a recoger la Copa, vamos a ganarla.
Deco
¡Llevemos la luz a la Tierra, seamos la luz de la tierra! Para eso tenemos alas, por eso somos rápidos, severos, viriles, incluso terribles, semejantes al fuego. ¡Qué nos teman quienes no saben calentarse ni alumbrarse con este fuego que somos!
Friedrich Nietzsche
Lo que el hombre decide y ejecuta conscientemente no significa nada, mientras que lo que nosotros hacemos sin querer queda detrás de nosotros y nos persigue, o mejor dicho, nosotros corremos delante.
Jaroslaw Iwaszkiewicz
El que sabe nadar puede sacar perlas de las profundidades del mar; el que no, se ahogaría. Por eso únicamente deben correr el riesgo las personas que poseen la instrucción adecuada.
Maimónides
Lo nuestro es ese indefinido vínculo que ahora nos une.
Mario Benedetti
La única forma de poner fin a todo eso para siempre era lastimar a Bonzo lo suficiente para que su miedo fuera más fuerte que su odio.
Orson Scott Card
Nada tan peligroso como ser demasiado moderno. Corre uno el riesgo de quedarse súbitamente anticuado.
Oscar Wilde
Conocerás la naturaleza etérea y, también en el éter todas las señales y los efectos destructivos de la pura y clara antorcha del sol y de dónde se han engendrado.
Parménides de Elea
Genio es la capacidad de renovar las emociones cotidianas.
Paul Cézanne
Todo acto de amor es un escalón hacia el amor de Dios.
Platón
El fuego prueba el oro; la miseria los hombres fuertes.
Séneca
La información tiene interés tan sólo en el breve instante en el que es nueva. Sólo está viva durante ese instante, y a él se entrega por completo sin tener ningún tiempo que perder. Pero la narración jamás se entrega, sino que, al contrario, concentra sus fuerzas, y, aún mucho después, sigue siendo capaz de desplegarse.
Walter Benjamin