La esencia del periodismo es dramática. El periodista auténtico oculta lo suyo y revela lo ajeno; reúne en sí las vibraciones dispersas y las transmite; semejante al cómico, desaparece bajo la realidad que nos transfiere.
Si un amigo te pide dinero, reflexiona bien cual de los dos quieres perder, sí el amigo o el dinero.