Ángeles buenos o malos, que no sé, te arrojaron a mi alma.
Rafael Alberti
En Oriente la mujer no suele ver al hombre antes de casarse. En Occidente, después.
Álvaro de Laiglesia
¿Qué vale la verdad, fría y desnuda, frente al atractivo resplandor de la mentira?
Anatole France
Soberano es aquel que decide sobre el estado de emergencia.
Carl Schmitt
La pobreza no es una virtud, salvo que favorezca tu libertad.
Facundo Cabral
Nos convertimos en esfinges, aunque falsas, hasta el punto de no saber ya quiénes somos. Porque, por lo demás, lo que somos es esfinges falsas y no sabemos lo que realmente somos. El único modo de que estemos de acuerdo con la vida es que estemos en desacuerdo con nosotros. Lo absurdo es lo divino.
Fernando Pessoa
Que en lugar de apuntar hacia un enemigo difuso, es mejor esperar que se torne en amigo, es mejor contar hasta diez con el palo en la mano, es mejor dejar una salva para mañana.
Georges Brassens
¿Sabes la razón por la cual se piensa que sólo las personas de color tienen alma? Porque los blancos no se permiten sentir con el alma.
Janis Joplin
¿Prohíbe Dios el cuidado y la previsión? Por el contrario, ¿no se le ofende con una confianza extremada?.
Jean Racine
Uno escribe a base de ser un minero de sí mismo.
José Luis Sampedro
Tuve que desalojar de mi cama, blasfemando, un pavoroso diccionario de industria en ¡treinta y siete volúmenes! Sentí en aquel momento el supremo hastío del libro.
José María Eça de Queirós
El varón fuerte recoge el fruto con sus propias manos, o lo arranca del árbol de la suerte...
José Santos Chocano
el amor es voluble, extraño y arbitrario, carente de entendimiento y racionalidad.
María Dueñas
Yo creo que las películas están sujetas a un millón de interpretaciones.
Oliver Stone
Sin el lenguaje no habría habido entre los hombres ni república, ni sociedad, ni contrato, ni paz, en mayor grado del que estas cosas pueden darse entre los leones, los osos y los lobos.
Thomas Hobbes
El amor no es una pasión, porque ninguna virtud es pasión, y todo amor es cierta virtud.
Tomás de Aquino