Dentro del pecho se abren corredores anchos, largos, que sorben todos los mares.
Rafael Alberti
La diferencia entre un esclavo y un ciudadano es que el ciudadano puede preguntarse por su vida y cambiarla.
Alejandro Gándara
Lo único que puede librarnos del poder hipnótico del autoengaño es el valor para buscar y afirmar la verdad.
Daniel Goleman
De noche hasta un ateo llega casi a creer en Dios.
Edward Young
¡Qué interesantes y encantadores son los juegos del cielo, el agua y la tierra..., precioso espejo donde se refleja ese otro mundo más alto que es la meta de nuestra fe y sueños!
Helen Keller
El poder que motiva la democracia es el amor.
Henri Bergson
Y otra vez, corazón, te han herido... Pero amar es vivir otra vez.
Homero Expósito
Mientras el tigre no puede dejar de ser tigre, no puede destigrarse, el hombre vive en riesgo permanente de deshumanizarse.
José Ortega y Gasset
Me quieren hacer daño pero cada día me hacen más feliz.
Juan Román Riquelme
Por supuesto, habrá siempre los que miran solamente la técnica, que pidan el cómo, mientras que otros de una naturaleza más curiosa se preguntarán porqué. Personalmente, he preferido siempre la inspiración a la información.
Man Ray
Su teoría es disparatada, pero no lo suficientemente disparatada para ser verdad.
Niels Bohr
Tu estás joven, hijo mío, y cuando pasen los años el tiempo hará sus cambios y hará retroceder muchas cosas que expresas en tus opiniones actuales. Contrólate, por lo tanto, y no sirvas de árbrito para juzgar el mundo.
Platón
Como la vida es tan corta la muerte nos extiende el plazo: es eterna y gratis.
Richard Brautigan
Usted tiene que hacerme un juramento, de tener un solo pensamiento... ser sólo mía hasta la muerte.
Vinicius de Moraes
Nos hemos vuelto pobres. Hemos ido perdido uno tras otro pedazos de la herencia de la humanidad; a menudo hemos tenido que empeñarlos a cambio de la calderilla de lo actual por la centésima parte de su valor. Nos espera a la puerta la crisis económica, y tras ella una sombra, la próxima guerra.
Walter Benjamin
Si el Estado moderno se encarga cada vez más de repartir beneficencia y previsión a todos lados, a beneficio primero de unos, luego de otros, tiene que degenerar en una institución que estimula la desintegración moral y prepara su propia condena final.
Wilhelm Röpke