El arco dice bajito a la flecha, al despedirla: tu libertad es mía.
Rabindranath Tagore
La vida, la vida de un joven, es semejante a esa colina llena de resonancias y rumores.
Aleksis Kivi
Ni hay quien goce larga paz, que no busque nueva guerra.
Alonso de Barros
Ahora el cariño envenena la habitación llena todo de falso amor, esconde el mal humor.
Amaia Montero
Todas las ideas de los dioses se remontan a las primeras etapas de la historia humana.
Chapman Cohen
no hay nada más sencillo.
Fernando Pessoa
La moral, por muy concienzuda que sea, rara vez supera sus propios términos municipales. No hay una moral universal. Sólo hay morales municipales.
Francisco Umbral
A ninguno nos complace la humillación o la sumisión; el problema es saber cómo escapar de ellas.
Ildefonso Falcones
Consíguelo si puedes. No emplearé contra ti ninguna de las armas que el mundo me ofrece. Si la ley que el dedo de Dios ha escrito en nuestros corazones es la que tú dices, yo también soy una criatura de Dios.
James Joyce
Escribir es para mí divertir a los demás con mis secretos más dolorosos enmascarados detrás de una mueca burlona.
Jorge Díaz
La individualidad es apenas una ficción breve dentro de una especie social.
Michel Houellebecq
Es una suerte que la sociedad libre sea más productiva, porque de no haberlo sido jamás se habría tolerado. El prejuicio en su contra es tan poderoso que es necesario tener una ventaja de cinco a uno para vencerlo.
Milton Friedman
Disfrutar de todos los placeres es insensato; evitarlos, insensible.
Plutarco
¿Tenían puesto el uniforme del equipo? Entonces difícilmente podían estar espiando, ¿no? ¡Yo pensaba que si no llevas uniforme entonces eres un espía, pero que cuando llevas uniforme estás reuniendo información! Nosotros no estamos haciendo nada que no hagan todos los demás, excepto que nosotros, por lo menos, somos abiertos acerca de ello y lo hacemos con el uniforme puesto.
Ron Dennis
El mérito principal del hombre consiste en resistir a los impulsos de su naturaleza.
Samuel Johnson
El amor es como la fiebre: nace y se extingue sin que la voluntad tome en ello la menor parte.
Stendhal