Aunque la ambición sea un vicio, no obstante, a menudo es causa de virtud.
Quintiliano
Decidor de frases ingeniosas: mal carácter.
Blaise Pascal
Es lo que no ves lo que te mantiene al borde de su asiento en cualquier tipo de película.
Christopher Lee
El requesón pisoteado, lejos de endurecerse, se desparrama.
Goethe
En el mundo hay sólo dos maneras de triunfar: por la propia capacidad o por la imbecilidad ajena.
Jean de la Bruyere
El amor eterno no existe. Hasta la más fuerte pasión tiene su tiempo de vida. Llegando su día, se acaba; nace otro amor. -Por eso mismo el amor es eterno -concluyó Juan Fulgencio-. Porque se renueva. Terminan las pasiones, es el amor el que permanece.
Jorge Amado
Eres un clavel en el invierno que aunque el frío te aceche seguirás firme en este crudo y despiadado terreno y estarás ahí sin herirme con tan hermoso diseño.
José Asunción Silva
El minuto heroico. - Es la hora, en punto, de levantarte. Sin vacilación: un pensamientosobrenatural y... ¡arriba! - El minuto heroico: ahí tienes una mortificación que fortalece tu voluntad y no debilita tu naturaleza.
Josemaría Escrivá de Balaguer
La verdad es como el agua filtrada, que no llega a los labios sino a través del cieno.
Mariano José de Larra
Cuando nos damos cuenta de que no necesitamos más, entonces podemos relajarnos y ser felices. El contento se produce cuando se está satisfecho con lo que uno es y con lo que uno tiene en el presente.
Meg Meeker
Ejercer el poder corrompe, someterse al poder degrada.
Mijaíl Bakunin
La belleza es una carta de recomendación a corto plazo.
Ninon de Lenclos
No aspiro al Nobel de Literatura. Yo me doy por muy bien pagado cuando alguien se me acerca y me dice: me cagué de risa con tu libro.
Roberto Fontanarrosa
La naturaleza concede libertad hasta a los animales.
Tácito
La virtud es un libro austero y triunfante en que todo padre debe hacer deletrear a su hijo.
Victor Hugo
Si pudiera exaltar tus bellos ojos y en frescos versos detallar sus gracias, diría el porvenir: Miente el poeta, rasgos divinos son, no terrenales.
William Shakespeare