Nada es más peligroso para el hombre que un rápido cambio de estado.
Quintiliano
Vivimos en un mundo extrañamente agitado, con una falta de vida espiritual tremenda.
Bono
Tenemos que permanecer en la barca en que estamos mientras dura el trayecto de esta vida a la otra. Y debemos hacerlo de buen grado y con amor; porque, aunque algunas veces no haya sido la mano de Dios la que nos ha puesto allí, sino la de los hombres, una vez en la barca, estamos allí porque Dios lo quiere, por lo que debemos seguir en ella de buena gana y con gusto.
Francisco de Sales
A veces podemos aprender más de los errores de un hombre que de sus virtudes.
Henry Wadsworth Longfellow
La buena conciencia sirve de blanda almohada.
John Ray
Si tienes presencia de Dios, por encima de la tempestad que ensordece, en tu mirada brillará siempre el sol; y, por debajo del oleaje tumultuoso y devastador, reinarán en tu alma la calma y la serenidad.
Josemaría Escrivá de Balaguer
Debemos hacer más para librar a nuestro mundo de las malévolas armas cuyos objetivo principal son los inocentes de cualquier conflicto, las mujeres y los niños.
Kofi Annan
La felicidad... Eres mujer, y por lo tanto esquiva.
Manuel Puig
Queda por probar la fusión del socialismo con la libertad, fórmula inédita y única bandera bajo la cual merecía la pena luchar, con la esperanza de que abriera un camino a nuevas ideologías y a la paz, el bienestar y la unidad de todos los pueblos de la Tierra.
Manuel Tagüeña
Nadie viene a Nueva York y se va si no le ha pasado algo horrible.
Mark Ruffalo
Los juegos de los muchachos no son tales juegos; antes bien, deben considerarse como sus acciones más serias.
Michel de Montaigne
¿Arriesgan a beber el agua que está en el camino de la revolución?
Práxedis G. Guerrero
Espera de otro lo que a otro hayas hecho.
Publilio Siro
Deberíamos dedicarnos a desaprender gran parte de lo aprendido y aprender lo que no se nos ha enseñado.
Ronald David Laing
No existe ningún gran genio sin un toque de demencia.
Séneca
Con el cebo de la mentira se pesca una carpa de verdad.
William Shakespeare