Frase de Quino

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La vida no debiera echarlo a uno de la niñez, sin antes conseguirle un buen puesto en la juventud. -Miguelito.... - Quino

La vida no debiera echarlo a uno de la niñez, sin antes conseguirle un buen puesto en la juventud. -Miguelito.

Quino

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Explorar Frases

El talento es un accidente de genes... y una responsabilidad.

Alan Rickman

La verdad es algo muy bonito.

Bruce Willis

Conforme de la tierra se va elevando.

Federico Balart

Más allá de adentrarnos en un Edén que debería estarnos vedado, lo estábamos profanando, saqueando, destruyendo total e irrecuperablemente.

Fernando Gamboa González

Tan grande es su fe, que si le aconteciera caer, creería que todo el mundo se derrumba con él.

Friedrich Martin von Bodenstedt

¿La muerte es el motor de la historia en Colombia?

Jaime Garzón

Toda acción provoca reacciones.

Lao-Tse

Es una gran riqueza para el hombre vivir parcamente y con ánimo sereno, porque así no tendrá jamás penuria del poco.

Lucrecio

Es la misma lluvia la que en la tierra inculta hace crecer zarzas y espinas, y en los jardines, flores.

Ludwig van Beethoven

Soy tan vanguardia, que cuando yo era vanguardia usted estaba en los huevos de su padre.

Moria Casán

A los imperios no los derriba nadie dice. Se pudren por dentro, se caen solos.

Rodolfo Walsh

Empezaba a considerar que el mundo, al fin y al cabo, era como un inmenso escenario, y que el ser más feliz es el que se conforma con ver la función. Había que evitar toda intervención en la farsa.

Santiago Lorén

Sí puedes aplastar a una guerrilla bien armada, pero a unos indígenas mal armados no.

Subcomandante Marcos

Usted se sorprenderá cuando le diga que en los barrios más pobres de muchas ciudades donde vivimos y trabajamos, al abordar a las personas que viven en casuchas, lo primero que nos piden no es pan ni ropa, pese a que muchas se están muriendo de hambre y andan casi desnudas. Nos piden que les enseñemos la Palabra de Dios. La gente tiene hambre de Dios. Anhela escuchar Su Palabra.

Teresa de Calcuta

El hombre no muere, sino que su esencia sufre una transformación tan grande que nuestros ojos de barro ya no lo pueden ver. Lloramos por los difuntos, pero ninguno murió.

Vicente Ferrer