Es más fácil doblar el cuerpo que la voluntad.
Proverbio Chino
Rompes a llorar o a reír. Creo que vale la pena hacerse añicos por esos sentimientos.
Albert Espinosa
La verdad se difunde a paso de tortuga, el rumor se esparce con la velocidad de una liebre.
Anónimo
Me gusta ayudar y que me ayuden, me gusta que eso se ramifique; ahorita mismo tú y yo estamos hablando, y yo trabajo para ti con gusto y tú lo haces para mí al hacerle llegar a mucha gente mis pensamientos, mis ideas, eso es muy bueno.
Chayanne
La única forma de volver a casa es venciendo.
Chris Hemsworth
¿Quién quiere proponer al pueblo una decisión útil para la comunidad? El que quiere hacerlo se lleva la gloria, el que no se calla.
Eurípides
La falta completa de limpieza psicológica en el sacerdote - que se delata en su mirada- es un fenómeno consecutivo de la décadence, -...
Friedrich Nietzsche
Tenemos el deber de luchar por mantener nuestras libertades y para ampliar nuestras libertades.
Ismael Leandry Vega
Hago películas para hacer que el tiempo pase.
Jean-Luc Godard
Resulta paradójico el antiespañolismo dentro de una nación, España, que brinda libertad a todos los ciudadanos y que garantiza unas cotas de autogobierno superiores a los estados federales. Por eso, hay que defender que hoy, soldados, no cabe más autonomía que la que cabe en la Constitución, que es garantía de igualdad para todos los españoles.
José Bono
Aquí, todas las cosas quieren agradar y todo tiende de alguna manera a servir al hombre. Me sorprendió enormemente ver cómo el hombre ocupa el centro dentro del modo de vidaoccidental, esa forma de marcado antropocentrismo.
José Ramón Ayllón
Los locos no existen; sólo les repugna la realidad.
León Gieco
Es Dios en dar de pecho tan hidalgo y tiene como tal tan rico modo, que, dado que a ninguno lo dé todo, al fin a nadie deja de dar algo.
Pedro de Oña
Lo opuesto al amor no es el odio sino la apatía.
Rollo May
No hay atractivo en lo seguro. En el riesgo hay esperanza.
Tácito
No podrás nadar hacia nuevos horizontes si no tienes el valor de perder de vista la costa.
William Faulkner