Más vale caer en gracia que ser gracioso.
Proverbio
Los antiguos griegos lo llamaban la tragedia del hibris. El rey que peca de exceso de orgullo recibe el castigo de los dioses. En la Edad Media se hablaba de la rueda de la fortuna, que nunca para de girar. O tal vez Dios, por sus propios motivos, había decidido dar la espalda al rey de Francia.
Edward Rutherfurd
Los pesimistas no son sino espectadores. Son los optimistas los que transforman el mundo.
François Guizot
El que de la verdad vive, cualquiera que él sea, aunque ínfimo y vil, puede ser útil en algo.
Fray Luis de León
Los tontos no gustan de admirar las cosas sino cuando llevan una etiqueta.
Georges Clemenceau
Me encanta cuando las chicas te llegan '¡follame, follame!
Graham Coxon
Con la instantaneidad de la información, ya no queda tiempo para la historia.
Jean Baudrillard
Tuve pareja pero al final desistí, si vi que ni en Los Sims serví para hacerla feliz y, jugando en modo easy, todo eran crisis, el elixir del klapaucius empezó a exigir.
José Javier Sánchez Meroño
Iría hasta Superga arrastrando la lengua con tal de salvar un alma.
Juan Bosco
Allí, oculta a los ojos extraños, han despejado la soleada falda de un monte, de cara al mediodía, y en ella crecen vides dispuestas en ordenadas hileras. Al recordar la belleza de aquel lugar se le parte el corazón. Hombres, mujeres y niños se desplazan lentamente por el viñedo, con los cinco sentidos puestos en el cuidado de las cepas.
Ken Follett
Pienso con frecuencia en esta imagen que sólo yo sigo viendo y de la que nunca he hablado.
Marguerite Duras
Más bien en las acciones que en las palabras se descubre lo oculto que hay en el alma; y así no fíes de ofertas que con obras no se confirmen.
Melchor de Palau
La joya no puede ser pulida sin fricción, ni el hombre perfeccionarse sin dificultades.
Proverbio Chino
Si no parezco tan deprimido como debería, discúlpenme que los desilusione.
Randy Pausch
Únicamente los niños solitarios pueden ir acumulando todos sus amores.
Stefan Zweig
Todos trabajamos contra nuestra propia cura, pues la muerte es la cura de todas las enfermedades.
Thomas Browne