A rey muerto, rey puesto.
Proverbio
Emprendo a formar, con un libro enano, un varón gigante, y con breves períodos, inmortales hechos.
Baltasar Gracián
Soy como soy, no como tú quieres que sea.
Cecilia Curbelo
En el valle hay un sólido puente de hierro que el tren atraviesa sin cambiar de llanura, rumbo a otra localidad exactamente igual a nuestro pueblo. Bajo el puente hay nieve en invierno y sombra en verano. Jamás se ve agua en el fondo. El río no se preocupa del puente; discurre a su lado.
Herta Müller
Todo el mundo tiene la capacidad para ser tan grande como le plazca.
Jeremy Collier
El objeto de la respiración es evidentemente introducir en la sangre el oxígeno necesario para la vivificación de los órganos, librar a aquel líquido del ácido carbónico que se produce en los vasos capilares.
Johannes Peter Müller
Porque uno sin su sueño, no es uno, ni es ninguno.
Jorge González Moore
Los hermanos sean unidos porque esa es la ley primera. Tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos pelean los devoran los de afuera.
José Hernández
Dios me preocupa como la existencia social, como sociología, pero no como un Dios por encima de los hombres.
José Revueltas
Un día para marzo recibí una pesada y vieja arma. ¿Un arma? ¿Y durante una guerra? Nunca, pensé para mí. Apoyé el arma contra una choza y me alejé. Esto se conoció en nuestro grupo rápidamente, desconozco como salvé esa situación, pero salí adelante.
Kurt Tucholsky
No hay maestro como el ejercicio.
Mateo Alemán
Cada individuo tiene un lugar para llenar en el mundo, y es importante, en algún aspecto, si elige ocuparlo o no.
Nathaniel Hawthorne
La única manera de multiplicar la felicidad es compartirla.
Paul Scherrer
¿Comprende ahora por qué los libros son temidos y odiados? Revelan poros en la cara de la vida. La gente cómoda sólo quiere ver rostros de cera, sin poros, sin vello, inexpresivos.
Ray Bradbury
Es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja que entre un rico en el reino de los cielos.
San Mateo
La vida es misteriosa, los dioses caprichosos y nosotros inconstantes. Todo se puede perder con pequeñas acciones que se van acumulando hasta levantar una montaña de errores que nos envuelven y nos atrapan como una telaraña de fracaso.
Santiago Posteguillo