Dondequiera que fueres, haz lo que vieres.
Proverbio
Señores, no estén tan contentos con la derrota de Hitler. Porque aunque el mundo se haya puesto de pie y haya detenido al Bastardo, la Puta que lo parió está caliente de nuevo.
Bertolt Brecht
Prometámonos a nosotras mismas que jamás nos quedaremos con algo que no nos gusta por el mero hecho de que sea cómodo. -Todas asentimos-. Nos merecemos lo mejor y, sobre todo, nos merecemos creerlo.
Elísabet Benavent
Todo arte es autobiográfico.
Federico Fellini
Sé que se enamoraron como dos locos, pero no pudieron formar una familia. ¿Por qué? Porque venían de mundos opuestos. Él era de Miraflores y ella de La Victoria, y en la Lima de ese entonces la distancia social entre ambos era insalvable. Solo cuando llegó el otoño de su vida, con la salud resquebrajada, mi padre se instaló definitivamente en la casa.
Gisela Valcárcel
Las notas son solo las herramientas para crear una canción.
Julie Andrews
El progreso celebra victorias pírricas sobre la naturaleza.
Karl Kraus
Perdido en un mar de atletas.
Lance Armstrong
Yo le agradezco, en nombre de los tres comandantes y de las fuerzas armadas, que son de ustedes, no son nuestras, las fuerzas armadas argentinas pertenecen a pueblo de la nación. Esta manifestación de sentimiento y de alegría, que hoy todo el pueblo argentino comparte después de 150 años, de lamentable claudicación. Gracias Señores.
Leopoldo Galtieri
La tenacidad. Creer firmemente en sus convicciones sociales y políticas. y mucha práctica.
Luis Días
La alegría está en la lucha, en el esfuerzo, en el sufrimiento que supone la lucha, y no en la victoria misma.
Mahatma Gandhi
Los ordenadores son inútiles. Sólo pueden darte respuestas.
Pablo Picasso
A quien no sabe a qué puerto encaminarse, ningún viento es el suyo.
Séneca
Vicio grande en el deudor hacer de su acreedor ofensa.
La persona que no lee no es mejor que la presona analfabeta.
Stephen Covey
El amor es demiurgo, y el arte es amor puro que vibra intensamente al crear la belleza; temblor hecho de ansias, de alegría y tristeza...
Teófilo V. Méndez Ramos