Cuando se cierran las puertas de la justicia, se abren las de la revolución.
Práxedes Mateo Sagasta
No me pidas que no sea un inconsciente, si no dejo de quererte.
Andrés Calamaro
Recuerde, mi amigo, que el conocimiento es más fuerte que la memoria, y no debemos confiar en lo más débil.
Bram Stoker
La ignorancia es una página en blanco sobre la que podemos escribir; el error, por el contrario, es una página ya garabateada que primeramente hay que borrar.
Charles Caleb Colton
La sociedad humana constituye una asociación de las ciencias, las artes, las virtudes y las perfecciones. Como los fines de la misma no pueden ser alcanzados en muchas generaciones, en esta asociación participan no sólo los vivos, sino también los que han muerto y los que están por nacer.
Edmund Burke
El temor no hace que no suceda lo que recelamos.
Francisco de Quevedo
La vida no es noble, ni buena, ni sagrada, y no hallo nada que respetar ni venerar en el cielo ni en la tierra... pero gracias a este hijo tenido y perdido habrá ya siempre para mí, en lo más puro de la luz, un ser sagrado, una criatura de oro.
Francisco Umbral
Un par de docenas de millones de minutos hacen una vida de cuarenta y cinco años y algo más.
Georg Christoph Lichtenberg
¿No querrás que juzgue de una comedia sin saber quién es su autor, verdad?... Si es de un buen autor naturalmente, la comedia es buena. Eso está puesto en razón.
George Bernard Shaw
No, lo que tienen son balas y la esperanza de que cuando se les acaben, me hayan liquidado, porque de lo contrario, habrán muerto todos antes de recargarlas.
Hugo Weaving
Los hombres hábiles ambicionan convencer, los hombres mediocres o sin talento no aspiran sino mandar.
José Joaquín de Olmedo
El sueño es el lujo del pensamiento.
Jules Renard
El niño es acreedor al máximo respeto.
Juvenal
El hábito de buscar al pensamiento la expresión más adecuada y exacta, nos lleva naturalmente a revestirlo de mayor belleza y perfección.
Manuel Cañete
El sueño de mi vida, bailar en Fama.
Patricia Conde
Hay muertos que no se van ni al cielo ni al infierno ni a ningún lado se quedan aquí para contarnos al oído la verdadera historia del mundo.
Richard Brautigan