El que abusa, para engañar, del juramento, reconoce que teme a su enemigo y que insulta a Dios.
Plutarco
He nacido en Nápoles pero tengo una madre romana, por lo tanto en mis venas corre ciertamente también un poco del rio Tíber.
Augusto De Luca
La amistad profunda implica el riesgo de dejarse conocer y abrirse.
Enrique Rojas
Me parece que ningún sistema puede ser viable y realmente liberar a la humanidad de la esclavitud atávica, si no es el resultado del libre desarrollo.
Errico Malatesta
Dadme un estío más, oh poderosas, y un otoño, que avive mis canciones, y así, mi corazón, del dulce juego saciado, morirá gustosamente.
Friedrich Hölderlin
Madurez: Asumir la libertad.
Herminio Castella
Para cambiar radicalmente el comportamiento de un régimen tenemos que pensar con claridad y audacia, porque si algo hemos aprendido es que los regímenes no quieren que los cambien. Tenemos que pensar más allá de lo que lo hicieron quienes nos han precedido y descubrir cambios tecnológicos que nos den valor para actuar de formas que nuestros antepasados no pudieron.
Julian Assange
Creo que puedo, sé que puedo.
Kurt Cobain
La libertad es la prevención del control por otros. Esto requiere auto-control y, por lo tanto, influencias religiosas y espirituales; educación, conocimiento, bienestar.
Lord Acton
Yo creería en una religión si existiera desde el comienzo de los tiempos; pero cuando pienso en Sócrates, Platón y Mahoma, ya no creo. Todas las religiones han sido hechas por los hombres.
Marlene Dietrich
1ª regla del traficante de armas: que nunca te alcance tu propia mercancía.
Nicolas Cage
-Usted habla mucho de libros -dijo-; ¿por qué no escribe uno? -Me gusta demasiado leerlos para molestarme en escribirlos, señor Erskine.
Oscar Wilde
No puedo dejar de tocar la guitarra pero voy a subirme al escenario más esporádicamente.
Paco de Lucía
No basta ir a pescar peces con buena intención. También se necesita llevar red.
Proverbio Chino
Desde hace ochenta años ha venido a la tierra un nuevo dios: el dinero.
Vicente Blasco Ibáñez
El omnipotente dinero, ese objeto mundial de devoción.
Washington Irving