Lo que más estorba para adquirir un buen amigo es nuestro empeño de tener muchos.
Plutarco
El hombre que sabe gastar y ahorrar es el más feliz, porque disfruta de ambas cosas.
Ben Jonson
Mi capricho es ley.
Charly García
La soledad es el imperio de la conciencia.
Gustavo Adolfo Bécquer
Los religiosos se han creído que ellos tienen, por mandato divino, el deber de censurar las distintas manifestaciones de la libertad de expresión y de pensamiento.
Ismael Leandry Vega
¿Por qué las cosas son como son y no de otra manera?
Johannes Kepler
No tienes ni idea de lo bien que tocas el violín, al menos cuando te esfuerzas, y cuando sientes que tocas con elegancia, claridad e inteligencia, y piensas que en realidad eres el mejor violinista de Europa.
Leopold Mozart
Gracias a dios los Schumacher no son tres.
Mika Häkkinen
Es cierto que todo ser humano necesita diversiones, sobre todo para sobrellevar el tedio de la vida de provincias. Por ello deben dedicarse a entretenimientos de naturaleza intelectual tales como la pesca, la lectura de obras literarias, la composición de haikus o la escritura de poemas modernos...
Natsume Sōseki
Les decimos a todos los que amaban a Muamar el Gadafi y continúan siéndole fieles, y a los millones que se encuentran entre los acosados y reprimidos en el nombre de la democracia, a ellos les decimos que deben confiar en la resistencia libia.
Saif al Islam Gadafi
Quien no añade nada a sus conocimientos, los disminuye.
Talmud
Cada pueblo tiene la ingenua convicción de ser la mejor ocurrencia de Dios.
Theodor Heuss
Si me detengo a reflexionar en lo que es propio decir a ésta o aquella persona, pronto dudaré que exista una parte de mi relato que con propiedad pueda contarse.
Thomas de Quincey
Cuando eras pequeño, solías correr a mí en busca de protección. Ahora, en estos momentos de debilidad, quisiera esconder mi cabeza entre tus rodillas para que tú, inteligente y fuerte, me defendieras, me protegieras.
Vasili Grossman
El dolor hace al hombre lúcido y al mundo transparente. El dolor abre perspectivas hasta el fondo.
Viktor Frankl
Si sólo deseo lo que depende de mí, ¿quién podrá esclavizarme?
Walter Riso